Así, la portavoz de Agaden, Vanesa Rivero, criticó ayer con dureza la ubicación escogida por el Ayuntamiento --a instancias de un acuerdo de la Junta Local de Seguridad, donde también están representadas Subdelegación del Gobierno y Junta de Andalucía--, al tratarse de un enclave donde “no existe la recogida de residuos, ni hay contenedores, ni un área de desagüe acondicionada para atender las necesidades básicas de los autocaravanistas”.
Rivero recordó que su organización ya ha denunciado en el pasado el estacionamiento “indebido” de automóviles en este espacio natural. Sin embargo, “ahora nos topamos con que es el propio Ayuntamiento el que los envía directamente allí”, agregó indignada. Un hecho que, a su entender, resulta “inconcebible” pues, según dijo, algunas administraciones “han pasado de alegar que éste era sólo un problema propio del verano a tomar la zona como un referente de aparcamiento”.
Para Agaden, el Consistorio se ha limitado a optar por la vía fácil, intentando “librarse” de las complicaciones que podrían derivarse de la presencia de autocaravanas en una ciudad con muy pocas oportunidades para dejar el coche en la calle, sobre todo, en época de Carnaval. No obstante, la entidad recalca que la fórmula adoptada no es “acertada”. Asimismo, aboga por situar estos transportes en otros emplazamientos, como la Punta de San Felipe o ciertas partes del Paseo Marítimo, y por evitar la proliferación de acampadas en las dunas.
Una postura similar mantienen en la asociación Ecologistas en Acción. Su coordinador local, Daniel López, también lamentó ayer las largas colas de vehículos registradas en las inmediaciones de la playa Cortadura, afectando a un sitio “bastante frágil” como la laguna de La Gallega, donde estos días se han celebrado fiestas que desembocaron en “regueros de basuras y desechos”.
De ahí que López tampoco ahorre en reproches a la hora de valorar el proceder del Ayuntamiento, “que tiene que anticiparse a estas situaciones y prever estos aluviones”, remarcó. A su juicio, la solución ha de venir por medio de la “regulación” y del “control” de este fenómeno creciente, habilitando algún solar de Cádiz para este menester. “Pero nunca apilando las autocaravanas en Cortadura”, apostilló.
Por otro lado, ambos colectivos aseguran que este caso ha puesto al descubierto la “incapacidad” de la capital para absorber “tanta masificación de coches” como la prevista con las “macro obras” del segundo puente. Y que el concepto de turismo de los gestores municipales se circunscribe “sólo al proveniente de los hoteles”.
La marea de autocaravanas comenzó a remitir ayer, después de haberse producido concentraciones de hasta un centenar de vehículos durante los momentos álgidos del fin de semana.
