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Hyundai i10: Urbanita

El i10, el pequeño de la gama del fabricante surcoreano, estrena tercera generación, en la que el coche ha crecido en centímetros, se ha ensanchado y ha bajado su altura para ser un vehículo estable, cómodo y ágil en ciudad.

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  • Hyundai i10 1.0 Tecno Plus. -

La nueva generación del Hyundai i10 es urbana por excelencia y, con ese fin, lo que busca es el "despertar de las calles" como lo publicita la marca coreana entre sus potenciales compradores.
El i10, el pequeño de la gama del fabricante surcoreano, estrena tercera generación, en la que el coche ha crecido en centímetros, se ha ensanchado y ha bajado su altura para ser un vehículo estable, cómodo y ágil en ciudad.
Su imagen más moderna, que acentúan las luces diurnas de LED verticales que acompañan a los antiniebla, le distingue claramente de sus antepasados: la primera generación del i10 salió al mercado en 2008 y la segunda en 2011.
Como en las dos ediciones anteriores apuesta para distinguirse de la competencia por las cuatro puertas -a pesar de no llegar a los 4 metros de largo- y por estar homologado para transportar a cinco personas.
También por comercializarse sólo con motor gasolina y descartar el propulsor diesel, lo cual es habitual en este segmento, caracterizado por consumos de carburante que desaconsejan la utilización del gasóleo.
El actual i10 se vende con dos cilindradas: 1.000 c.c. de 66 CV, que es el protagonista de esta prueba dinámica, y un 1.200 c.c. de 87 CV que puede ir acompañado de una caja automática.
El modelo al que sustituye tenía algún caballos más en su propulsor menor (69 CV) y dos menos en el más potente (85 CV).
La versión conducida, la de 66 CV, tiene un entorno natural que es la ciudad, donde sus cotas reducidas facilitan su manejo y el aparcamiento.
Al transcurrir fluido por las calles ayuda notablemente una caja de cambios manual y de 5 velocidades, que se engrana con facilidad, a lo que contribuye la forma del pomo de la palanca y la leve resistencia del engranaje.
El indicador de marchas recomienda subir de relaciones rápidamente para evitar subir el motor excesivamente de vuelta y reducir así el consumo de carburantes. El sistema trata de que el motor tricilíndrico se mantenga por debajo de las 2.000 rpm en este tres cilindros.
El consumo homologado para la ciudad es de 6 litros a los cien kilómetro y más idílico es el publicitado para carretera (4 litros) o el combinado (4,7 litros), que en ambos casos se sitúan más cercanos a los 6 litros.
Al Hyundai le cuesta salir a carreteras con repechos pronunciados, donde la potencia se queda algo corta.
En pendientes es necesario utilizar con frecuencia la caja de cambios para recuperar el régimen del motor.
Llaneando es cómodo y transmite seguridad. En este último apartado, el pequeño destaca por ir equipado de serie con control electrónico de estabilidad (ESP) y gestor de estabilidad del vehículo (VSM), al que se añade el sistema de frenado ABS.
Para recorridos fuera de la ciudad, carreteras secundarias y autopistas, una buena opción puede ser acceder al motor más potente por 500 euros más.
La mejores carreteras para el i10 son las poco complicadas. En curva, aparecen las debilidades dinámicas de este pequeño ciudadano. Los esfuerzos dinámicos en los giros han de estar muy medidos, porque enseguida aparecen las inclinaciones de la carrocería y los vaivenes.
El nuevo i10 ha experimentado una notable mejora del sistema de frenos. Es sobrado para el uso que van a hacer los conductores y conductoras normales, pero justitos y acusan fatiga con el uso intensivo.
Como el medio natural del i10 es el urbano, las prestaciones del chasis son más que suficientes para el uso cotidiano, en el que son más importantes la suavidad de dirección y la capacidad de maniobra, dos atributos que son cualidad en este
El coche ha ido ganando en gracejo estético hasta llegar a un estilo de más elegante y deportivo, con mejor presencia sobre el asfalto que sus predecesores. Si la primera generación mostraba aspecto endeble entre el bullicioso tráfico urbano, la tercera ha ganado corpulencia visual.
El habitáculo es espacioso, pero hay que tener en cuenta que las cotas imponen limitaciones, de forma que aunque homologado para cinco pasajeros, cuatro viajarán más cómodamente, ya que la plaza central trasera es pequeña y de asiento más duro que el resto.
En la butaca del conductor es fácil encontrar una buena posición desde la que se obtiene una buena panorámica de lo que ocurre alrededor.
Todos los mandos de control quedan al alcance de la mano, en un salpicadero que se ofrece en un colorido bitono, lo que hace vistoso.
El interior juega con dos colores, el negro y el naranja, en el salpicadero y en la tapicería de los asientos.
El naranja es el color que predomina en la parte baja del salpicadero, mientras que la de arriba se reserva para el negro, con lo que la sensación de calidad es mayor.
El toque juvenil y desenfadado también se consigue en la palanca de cambios, que va rodeada de plástico naranja.
El volante es multifunción, ya que incluye los mandos para manejar la radio y hacer llamadas de teléfono a través del sistema bluetooh que equipa.
En materia de conectividad, el vehículo lleva dos tomas de mechero (una delante y otra detrás) para cargar el teléfono o enchufar un DVD, así como conector USB y entrada auxiliar.
El maletero cubica 252 litros (frente a los 225 del anterior), con una rueda de repuesto sin que se reduzca el aprovechamiento.
Los asientos traseros pueden abatirse en dos secciones (un tercio y dos tercios) para aumentar el espacio de carga, aunque no se queda completamente plano.El i10 está encuadrado en el segmento A, el de los denominados microcoches, que van dirigidos a una clientela joven que adquiere su primer vehículo o bien a personas que buscan un segundo o tercer automóvil.
Es un segmento en el que los últimos cinco años han aparecido numerosos modelos y cuyos precios han aumentado paulatinamente, por lo que la compra empieza en los casi 11.000 euros, sin tener en cuenta los descuentos de los fabricantes. Demasiado elevado para un microcoche.

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