En ocasiones, algunas personas no creyentes tratan de destruir nuestras creencias con comentarios inapropiados y con críticas y ataques a la Iglesia. Se me ocurre una pregunta para ellos: ¿Qué explicación encuentran para aquellos que, siendo incrédulos, cambian de opinión tras tener una experiencia directa con alguna Imagen? Algo habrá…
Sea creyente o no, lo que tengo claro es que existen situaciones difíciles de explicar. Aún recuerdo, un Miércoles Santo, en los previos a la salida procesional de la Hermandad de las Tres Caídas, cuando su hermano mayor por entonces, Pedro Pérez, nos contaba en directo para la radio donde actualmente trabajo, Onda Jerez, que una señora -creo recordar de Madrid- había visto la imagen de Jesús cuando se encontraba en un quirófano.
Después de meses de intensa búsqueda la encontró en la iglesia jerezana de San Lucas, a la que llegó tras ser invitada a una zambomba que organizó esta cofradía. Tras reconocer su rostro y gritar emocionada, quedó marcada para siempre. Hoy es hermana de Jesús caído. Algo habrá…
Y cómo explicar que haya personas que vengan de Madrid o Inglaterra sólo para vestir la túnica en la Madrugada del Viernes Santo en el Santo Crucifijo. Alguno llegó a afirmar en su primera visita que no entendía lo que veían en el crucificado, cuando “sólo era un trozo de madera”. Algo habrá cuando esta persona se hizo hermano de la cofradía.
Y qué me dicen de ese niño que sanó de forma milagrosa en la calle Naranjas al paso de la Hermandad de la Amargura. Algo habrá…
Podría seguir con otras historias, pero he llegado al final. Ese algo más al que hice referencia anteriormente es la Fe con mayúsculas y la creencia en Dios. Los que no quieran creer que no lo hagan pero, por favor, dejen vivir la Semana Santa con pasión y devoción.
(Un último apunte, aunque no tenga nada que ver con esto: Felicidades a mi sobrina Lucía, que hoy cumple nueve años).