La concejal de Medio Ambiente, Beatriz Fuentes, anunció en Pleno el jueves que la concesionaria del autobús urbano, GDF, ha roto las negociaciones con los trabajadores a raíz de los últimos actos vandálicos que se han producido de los que la compañía responsabiliza directamente a los empleados. Desde hace casi dos meses estos están movilizándose para reclamar mejoras laborales, que la empresa achaca a una mera cuestión económica y los trabajadores a otras mejoras en las que incluyen una bolsa para los eventuales. Ni las movilizaciones, ni las protestas, ni la intención del Gobierno local de estudiar todo el contrato para fijar si se incumplen algunos de sus términos están haciendo reflexionar a la empresa. Todo lo contrario. El conflicto se está enquistando tanto que es difícil prever una solución que favorezca a las dos partes. Como siempre en este tipo de problemas los más perjudicados, al final, los ciudadanos que necesitan el autobús.