Muchas veces a lo largo del año, o quizás no tantas, pero si bastantes, nos acercamos a la Biblioteca Municipal Vicente Campinas, de la ciudad vecina portuguesa de Vila Real de Santo António, para presenciar alguna de las muchas actividades que allí se realizan. Hace unos días era la presentación de un poemario de Antonio Cabrita, unas semanas antes una lectura poética de ‘Poetas del Guadiana’ y fechas anteriores una exposición de pintura de las componentes del taller ‘El Rellano’ de Ayamonte.
Pues este fin de semana volvimos a ser testigos de una nueva exposición de pintura. Es su primera exposición individual, su bautismo de fuego, aunque ya acumula alguna participación en diversas colectivas. Sus cuadros de distintos tamaño y diversa temática cuelgan de los paneles que se distribuyen como un ‘tetris’ en el hall del centro cultural. Se trata de la ayamontina Rosa Gómez, que superaba sus temores y se lanzaba al mundo de las mil ventanas por las que observar su trabajo. Se abría de par en par para dejar entrar la curiosidad, la sorpresa, el comentario y las expresiones de admiración en cada una de sus obras colgadas.
‘Mil colores’ es como ha bautizado la autora esta muestra primeriza, pero que es el fruto de más de veinte años de trabajo, aprendizaje y dedicación. Porque Rosa es autodidacta. Componente del ‘Ateneo’ de Ayamonte y, por tanto, asidua a las sesiones de pintura al aire libre, a los certámenes de pintura rápida y a toda convocatoria que se le presente. Su casa que es su refugio, es testigo de su disciplina, de sus progresos y de sus meditaciones en torno a cada color y cada pincelada.
Y en esta su primera exposición ha sacado a la luz sus cuadros sin importar las dimensiones, ni la temática del paisaje urbano buscando ciertas reminiscencias con Montmartre, ni tan siquiera esconder su inclinación por la pintura impresionista francesa, de la que se siente enamorada. Cezanne, Monet o Delacroix son sus referentes. De ahí esos bodegones, esas flores, esas calles bulliciosas o esas plazas coloristas. Descubrimos la Plaza de la Lota de Ayamonte o las bien cuidadas calles del Parque Prudencio Navarro. Rosa define el color, porque ella es todo color, alegría y calidez en cada pincelada.
Y una vez cogido el tren de lo público, se atreve a decir que este verano volverá con un nuevo proyecto, de la mano de su amiga del alma y de los lienzos Rosa Cabalga. En su galería colgarán algo nuevo y volverán a sorprender. Hoy disfruta de su inauguración y de sus amigos, familiares y de los pintores que han querido acompañarla y apoyarla. Hemos visto entre los asistentes a las componentes del taller de pintura ‘El rellano’ (Gema, Fátima, Ela y Maribella) y a Florencio Aguilera y Rosa Cabalga, a Ángel Guerrero y Emilio Borrego, a Cabel y Carmen Arroyo, a Rafa Gómez. Una noche no solo llena de arte, sino de amistad y buenas vibraciones, sensaciones agradables y promesas de futuras pinceladas.
