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De Marchi brilla en la niebla, Dumoulin se deja tiempo

De Marchi, el más combativo del Tour 2014 y ganador de la etapa de la Vuelta el año pasado en Alcaudete, debía justificar su fichaje por el BMC

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  • ARU -

El italiano Alessandro De Marchi (BMC) apareció entre la espesa niebla que ocultaba la cima de Fuente del Chivo como vencedor de la etapa maratón de la Vuelta, de 215 kilómetros, en la que Aru, que sigue de líder, y Purito Rodríguez ganaron un puñado de segundos a Tom Dumoulin, el rival a quien deben alejar antes de la cronometrada de Burgos.

De Marchi, el más combativo del Tour 2014 y ganador de la etapa de la Vuelta el año pasado en Alcaudete, debía justificar su fichaje por el BMC. Tenía la espina clavada por una larga sequía. Fuera penas, en el momento más inesperado tiró "de cabeza y de corazón más que de piernas" para acabar con una penosa racha.

El corredor de Udine, de 29 años, fue el más fuerte del quinteto que hizo valer la fuga del día. Lo demostró a 2 kilómetros de meta, cuando primero contestó a un ataque del francés Cherel y luego atacó para desaparecer entre la niebla. Como por arte de magia. Y sin truco alguno apareció brazos en alto.

No se lo esperaba ni él. "Estuve de abril a junio sin poder subir a la bicicleta por una tendinitis. No pensaba venir a la Vuelta, por lo que ganar es una sorpresa, algo increíble", dijo a 2000 metros de altitud.

De Marchi remató su hazaña particular medio minuto por delante de su compatriota Salvatore Puccio (Sky) y del español José Joaquín Rojas (Movistar), a quien sus aptitudes de velocista no le sirvieron a tanta altura. Victoria balsámica del ciclista del BMC, para compensar las retiradas de Samuel Sánchez, en la etapa, y Van Garderen, víctima de aquella montonera de Murcia.

Otra historia se estaba escribiendo escasos kilómetros por detrás, en la etapa de los favoritos. La tregua se mantuvo en la casi totalidad de los 215 kilómetros de recorrido entre Vitoria y la prolongación del Alto Campoo, llamada Fuente del Chivo, donde un mirador alegra la vista.

Los grandes, juntos todo el día bajo al ritmo de los chicos del Astana, se movieron en la parte más dura del ascenso, es decir en los últimos 4 kilómetros, y lo hicieron cuando atacó el de siempre, Fabio Aru, quien aprovechó un acelerón de Mikel Landa para probar a los rivales.

Un primer empujón del ciclista sardo desveló una buena noticia: Nairo Quintana parece recuperado de su enfermedad. El colombiano se le pegó a rueda, lo mismo que el polaco Rafal Majka y Purito Rodríguez. Mientras, Valverde no estaba para fiestas.

Volvió a responder Quintana ante un segundo acelerón de Aru, que sirvió para dejar en evidencia a Dumoulin, el rival a distanciar en la montaña. El líder y Purito temen que el holandés aguante en Asturias cerca en la general y que luego se los meriende en la crono de Burgos.

Había que insistir un poco más. A 500 metros de la cima Aru vio cómo se alejaban los dorsales de Purito y Quintana entre la niebla. Donde las dan, las toman. Una respuesta a tanto envite del italiano, eso sí, más simbólica que practica. Un segundo le quitó el catalán, 6 el boyacense. Mejor supieron los 20 segundos de ambos a Dumoulin.

Restan dos pruebas de fuego para seguir madurando al gigante de la escuadra Giant. La Vuelta pasa a Asturias. Las cimas de Sotres y Ermita del Alba ofrecen un manjar a los escaladores. Aru, Purito y Dumoulin se aprietan en 30 segundos. Más lejos esperan los Majka, Chaves y Valverde. Y Quintana se encuentra a 3 minutos, en la novena plaza. No ha dicho su última palabra.

Este domingo se disputa la decimoquinta etapa entre Comillas y Sotres, de 175,5 kilómetros.

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