No he podido resistir la tentación, aunque hayan pasado varios días, de escribir sobre lo que a mi juicio es un escándalo de la clase proletaria. Me refiero concretamente a la actuación del diputado jornalero, el asaltador de fincas públicas y privadas de forma sorpresiva, el robamercancías de supermercados, el dirigente del sindicato obrero del campo, Sindicato Andaluz de Trabajadores, el Curro Jimenez o el Tempranillo del siglo XXI, el predicador de la igualdad, el que dice que la tierra es para el que la trabaja.

Es la persona a la que aludo que, por fin, ha conseguido para su hermano y sus cuñadas una parcelita de 63 hectáreas donde tienen plantadas unas lechugas y se han hecho un poquito de vivienda para turismo rural, según declaraciones del propio diputado al ser interpelado por la prensa.

Si miramos en portales de turismo, en noche rural.com, se vende como casa rural ‘Tierra y Libertad’. Para contratarla, la web indica que se pregunte por José Manuel Cañamero, hermano del jornalero Diego. Es una finca agroambiental con ganadería, agricultura propia, con su propia venta de productos, según se describen en la página.

Además cuenta con un acceso exclusivo para la finca. Este relato está recogido de un informe del Ayuntamiento de El Coronil (Sevilla), del que nuestro diputado jornalero fue alcalde… por cierto que todos sus hermanos tienen una vivienda de protección pública. Casualidades de la vida.

El origen de la parcelita empieza por la constitución de una cooperativa llamada Tierra y Libertad, para adquirir la finca de 63 hectáreas en el término municipal de El Bosque, en Cádiz, con una subvención cercana a los 30 millones de pesetas concedida en junio de 1988 por la Junta de Andalucía y, lo que iba a ser una escuela de formación de sindicalismo obrero, se ha convertido en un negocio de turismo rural y agricultura ecológica que gestiona el hermano del diputado. Ante tanta tropelía don Diego, dimita.