El Recreativo tiene mala suerte. La cantidad de infortunios contra los que tiene que luchar constantemente bien parecen sacados de una novela épica. Esta semana el equipo llega más mermado que nunca al segundo partido fuera de casa consecutivo. La que más duele es la de Pape, un chaval que estaba demostrando un poderío físico importante y aspiraba a ser titular indiscutible. Pero una inoportuna lesión le mantendrá fuera de los terrenos de juego durante tres semanas. Y además, Ale Zambrano y Rafa de Vicente están sancionados. Para colmo, Jesús Vázquez apurará sus molestias, aunque no llegará en su mejor estado. Pavón tendrá que inventar en la medular, y alternativas tiene varias, pero ninguna parece clara. O baja de posición a Machado, o sube metros con Bonaque o se salta un par de categorías y le da el puesto a Misfutt. Para más quebraderos de cabeza del técnico onubense, Núñez, titular indiscutible, también es baja por acumulación de amarillas.
El rival también tiene sus bajas importantes, pero el partido se antoja complicado y dependeremos de una genialidad de Miguelito o que Iván Aguilar tenga su tarde. Sí se intentará aprovechar el excelente nivel goleador de Antonio Domínguez, que en esta segunda vuelta está encontrando puerta con mucha facilidad y ya es el pichichi del equipo. Las mete todas, hasta el árbitro le da goles de rivales en propia puerta a su nombre. Aunque el mérito de aquel córner es suyo, sin dudas.
Todos los impedimentos de arriba son mala suerte, está claro. En el fútbol la suerte juega un papel determinante: un palo, un resbalón o una maldita lesión. Pero nuestro Decano está teniendo mala suerte acumulada. Y es de esas en las que hay una reclamación por un dinero correspondiente a la venta de Carlos Martins, aquel centrocampista portugués que tuvimos en Primera División y que golpeaba con mucha potencia las faltas. Hablamos de tiempos de Mendoza y Dumois, de Perico Rodri, porque ahí ya se iban generando deudas que nos llevan al día de hoy. Pero a lo que voy, la mala suerte es que esa reclamación de la FIFA llevara un mes en las oficinas de la RFEF y cuando quedaba poco tiempo para pagarla, con posibilidad de sancionar al Recreativo deportivamente, la RFEF se la comenta al club. Se ha pagado, y es un milagro. Pero “que mala suerte” que la RFEF esté tan lenta avisando al Recre. No ha sido la primera vez, ni será la última. Ya pasó con la denuncia de Navas, por ejemplo.
Imagino que esos despistes de la RFEF son como los de no acordase que Comas ya no está en el Recre. ¿Se ha enterado Villar? ¿O su amigo sigue ahí?
