La moda, como el arte, puede ser un buen escenario para homenajear a iconos para el italiano Antonio Grimaldi, y su desfile de Alta Costura otoño-invierno 2017 fue la ocasión de recordar a la acaudalada Mona Bismarck, con diseños de aires nórdicos.
Bismarck, nieta del canciller Otto von Bismarck, fue una apasionada coleccionista de alta costura y musa de artistas como Salvador Dalí, y, recordándola, Grimaldi quiso realzar una figura tan imprescindible como la del mecenas para el sector, en un momento en el que la moda necesita ser reivindicada como un trabajo artístico artesanal, según el creador.
Más allá del homenaje, que tuvo lugar en el centro americano Mona Bismarck de París, Grimaldi hizo desfilar a un elenco de modelos de aires nórdicos, altas, delgadas y pálidas, que lucieron diseños de estética fantástica, casi como hadas como las que pintaba el artista Peter Nicolai Arbo.
Capas, vestidos-abrigo en lana, combinados con pantalones de traje que realzan la silueta en tonos celestes, lilas, rosa polvo y con algunos detalles metalizados.
Las plumas y los abalorios decoran los vestidos, bordados en los escotes, en halter, asimétricos o palabra de honor, o a lo largo de los pantalones.
En los tejidos, Grimaldi apostó igualmente por el cuero, en un vestido efecto patchwork, y el crêpe de seda, sobre el que se incrustan espejos que crearon un ambiente casi de ensueño.
Los zapatos se ciñeron a un modelo plano en sandalia de terciopelo, mientras que en las joyas destacó la colección del diseñador Bernard Delettrez, con grandes pendientes que ocupaban la totalidad de la oreja.