Cataratas, aguas verdosas y una pared de roca que se alzaba en los casi 11 metros que alcanza el Grand Palais de París transformaron hoy en una jungla el último desfile de Chanel, que ha marcado dos grandes tendencias para la temporada que viene: accesorios transparentes y el color verde agua.
Para la próxima primavera-verano 2018, la firma francesa se inspira en los tonos acuáticos: verdes y azules se funden con blanco y los destellos provocados por el sol o el propio reflejo de la luna en el agua, con detalles metalizados en lurex, en una paleta de colores pastel que parecen cambiar de color con la luz.
La nueva mujer Chanel retoma el amado 'tweed' de Mademoiselle Coco en geométricos minivestidos y trajes formados por pantalón y tops sin mangas.
Para actualizar el tejido, el diseñador de la casa, Karl Lagerfeld, le da forma en tops cortos ('crop tops') y 'shorts', le añade flecos y perlas, y, la clave de esta temporada, accesorios en vinilo completamente transparentes.
Chanel, que transformó sus botines bicolor con puntera en una versión espacial con lentejuelas la pasada temporada -los zapatos más vistos entre las invitadas a los desfiles de esta semana en París-, continúa la tendencia manteniendo la punta en blanco o negro pero dejando el resto de la mosquetera completamente transparente.
También en plástico construyó los sombreros, el clásico 'canotier' o gondolero de la marca, y una variada serie de impermeables y capas para proteger el look de las tormentas de verano sin tener que esconderlo.
Mantener las raíces de la casa es tan importante como conquistar al nuevo público y ser la referencia del lujo entre las nuevas generaciones. Por ello, muchos de los conjuntos parecían ya preparados para vestir a las estrellas del pop y el rap, como Rihanna o G-Dragon y Tommy Genesis, estas dos últimas presentes en el desfile.
Casi expresamente creadas para las estrellas de la música parecen las gafas espejo que imitan a las de esquí, las minifaldas de vinilo en blanco con flecos o las cazadoras vaqueras decoradas como si de una piñata se tratase.
Las prendas minis se combinan con blusas XL inspiradas en las camisas blancas de Coco Chanel, que se llevan aún con lazada negra al cuello, cargadas de volantes y encajes.
La colección tuvo un aire ligeramente ochentero, especialmente por el maquillaje con una exagerada sombra azul en los ojos y labios rojos, mientras que el peinado se mantuvo en una discreta cola de caballo baja, envuelta en una especie de tubo transparente, para seguir con la línea de accesorios.
Si el agua dibujaba el hilo conductor de toda la propuesta, las joyas no se quedaron atrás, con unos llamativos pendientes transparentes que imitaban una gota de agua, otra comercial introducción junto a las nuevas versiones del 'Gabrielle', el bolso por el que Chanel sigue apostando como pilar de la temporada.
Los clásicos de la casa, como el 2.55 o las bolsas deportivas que se vieron en la pasarela de marzo, vuelven también en los colores pastel de la temporada.
Un largo desfile con más de 60 "looks" y un reparto de modelos envidiable: Gaia Kerber, la hija de Cindy Crawford de 16 años, fue la primera en salir y a ella se sumaron, entre otras, Vittoria Ceretti, Camille Hurel, Greta Varlese, McKenna Hellam o Mariacarla Boscono.
El pequeño Hudson Kroenig, ahijado de Karl Lagerfeld, volvió a participar en el desfile a sus ocho años con un conjunto de chaqueta y pantalón gris oscuro en 'tweed' y bolso colgado a modo de bandolera.
La histórica 'maison' presentó además esta semana su nuevo reloj que pretende convertir en icono, inspirado en el bolso 2.55 creado en 1955, del que toma el acolchado para la cadena metálica, el cierre para la esfera rectangular con un original cierre en broche.
Bautizado como "Code coco", el diseño celebra los 30 años de historia relojera de la casa, en un modelo que se puede llevar además como joya, decorándolo con diamantes, la piedra favorita de la fundadora de Chanel.
Como siempre, el desfile de la más conocida 'maison' francesa sirve de cierre para la Semana de la Moda de París y al ciclo de presentaciones primavera-verano 2018 de Londres, Nueva York y Milán, que se despiden hasta el próximo mes de febrero y marzo.