Ballesteros se adentró para concluir el curso en los estados fallidos y sus consecuencias a nivel internacional. Primero definió lo que considera un estado fallido como “aquellos que no tienen control sobre su propio territorio, no ejercen el monopolio de la violencia y no logran instaurar y mantener la autoridad. Es un proceso progresivo y no lineal”. En ese punto se remitió a Rotenberg y sus categorías, en las que divide las zonas en estados débiles, fallidos o colapsados, entre otros.
Del mismo modo, comentó que no siempre ha habido estados fallidos y que las causas son, entre otras, el fin de la Guerra Fría, la descolonización o las grandes transformaciones de la globalización.
Además, nombró los doce indicadores de los estados fallidos según la Fundación para la Paz, que se dividen en sociales, económicos y políticos.
El general de Artillería mencionó que no es Somalia el único estado fallido como se piensa, y así nombró Zimbabwe, Sudán, El Chad, El Congo, Iraq o Afgasnistán.
De sus palabras se pudo extraer que los mares fallidos son propicios para la piratería, el terrorismo y el narcotráfico. Para intentar solventar estos problemas y apoyar la resolución de 1.816, la UE ha creado la Operación Atlanta, que ha cosechado un éxito absoluto porque el número de secuestros ha disminuido.
Recordar que fue el almirante general Sebastián Zaragoza el que ofreció la ponencia inaugural del curso, Concepto y evolución de la seguridad marítima. El gaditano compareció junto a Leopoldo Seijas, profesor de la Universidad CEU San Pablo y otros profesionales de reconocido prestigio el pasado lunes en el hotel Monasterio para abrir el curso, que ha tenido una buena aceptación, como ha ocurrido a lo largo de las anteriores diez convocatorias de dicha actividad.