Se dice por los pasillos del Ayuntamiento de El Puerto, que no es oro todo lo que reluce y que parece ser que Gobernar la ciudad le está dando más de un quebradero de cabeza a ciertos líderes de algún que otro partido de izquierdas. Nadie podía esperar hace tres años que el Consistorio portuense iba a dar una vuelco de tales dimensiones que hoy nadie sabe como saldremos del profundo agujero en el que nos han metido De la Encina y sus compañeros. Pero parece ser que ese no es uno de los principales problemas con los que se está encontrando la dirección de este bipartido de perdedores.
Parece ser que el puzle dejó de encajar el día en el que descubrieron que algunos habían venido a ejercer la noble tarea de concejal para presuntamente enriquecerse él y su familia.
Y es que esta tarea que nos encomiendan los portuenses cada cuatro años a estos 25 ciudadanos de El Puerto es un auténtico honor porque estamos representando a los casi 90.000 habitantes con los que cuenta nuestro municipio. En nada ayuda que la izquierda más radical mirase hace ya casi tres años, más por sus intereses partidistas que por los de la localidad. Y es que parece ser que existe un miembro de esta amalgama de partidos de izquierdas que ha preferido beneficiar a toda su familia antes que al interés general de los portuenses. Y es que no me quedo corto si hablo de hijas y parejas sentimentales a la hora de hacer todo los que se ha podido para que entrasen a trabajar en alguna empresa que le presta servicios al Ayuntamiento.
Una auténtica vergüenza que en El Puerto y en el 2018 tengamos que soportar como algunos han llegado a ocupar sillones e intentar solucionarse la vida para el resto de sus días. Un error de aquel que encabezó la lista de esta izquierda que hoy nos gobierna y que asumió que lo acompañasen en su equipo personas que cuanto menos podían causar algún tipo de daño a sus partidos, porque quizás no haya cometido ninguna ilegalidad o si, que no lo sé, pero de lo que no me cabe la menor duda, es que ha sido inmoral y muy poco ético.
Una situación que me consta ha creado una crisis muy importante dentro de este propio partido del que hablo y otra más de tantas dentro del Gobierno bipartido. Un Alcalde y unos concejales que no saben qué hacer para salir airosos en 2019 de esta auténtica tropelía que están haciendo con la ciudad y parece ser que uno de ellos optó presuntamente por asegurar su futuro y el de su familia viendo lo que le venía encima.
Sin duda una situación esperpéntica que han intentado salvar con dimisiones y otro tipo de actuaciones pero que no han conseguido borrar, porque las personas que actúan con una falta de moral y de ética como ha ocurrido en este caso dejan una huella bastante importante de la que se habla en la calle y además una huella de las que marcan para toda la vida la categoría de las personas que un día fueron representantes públicos de un Partido que no supo prever lo que un compañero estaba haciendo: beneficiar a su familia mientras obstaculizaba el legitimo derecho a crecer del resto de portuenses.
Javier Bello, concejal del Partido Popular de El Puerto