Vacuos

Publicado: 21/06/2018
Autor

Juan Diego Morales Arroyo

Juan Diego Morales Arroyo es periodista y ocupa el cargo de director de contenidos de viva Málaga

¡Qué cosas!

En el blog 'Qué cosas' se hace un análisis de lo que ocurre, lo cotidiano más increíble. El porqué si eso, otro día

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Hablamos de un dictador sanguinario, que se alzó al poder tras un golpe de estado cruento contra el régimen democrático legítimo de la II República española
La cuestión no es que por fin parezca que el Gobierno vaya a dar el paso de sacar los restos del dictador Francisco Franco del indigno mausoleo donde reposan, la cuestión es porqué todavía, con 40 años de ‘democracia’ en el cuerpo España se permite mantenerlos ahí y no han salido ya mucho antes. Porque, le pese a quien le pese, lo quiera endulzar quien lo quiera endulzar y a sabiendas de que tenemos que vivir a vueltas con enormes dosis de ignorancia y de premeditado olvido, hablamos de un dictador sanguinario, que se alzó al poder tras un golpe de estado cruento contra el régimen democrático legítimo de la II República española, que dejó tras una guerra atroz donde mandó usar el terror contra la población civil, centenares de miles de muertos y represaliados (léase El Holocausto Franquista de Paul Preston y se entenderá todo mucho mejor); que destruyó a conciencia cualquier tipo de libertad, el pensamiento, la igualdad de la mujer; que sometió a un control férreo cualquier disidencia política sin  dejar lugar no ya para la participación del pueblo, sino ni siquiera para opinar, oponerse, expresarse...; que alentó y amparó la tortura en comisarías de policía, cuarteles de la Guardia Civil  y cárceles y la puso en práctica sin reparos hasta años después incluso de llegada la democracia; que propició, consintió y se benefició de una corrupción generalizada que enriqueció su patrimonio personal y familiar, de lo que aún disfrutan sin rendir cuenta alguna sus descendientes; que mandó a sus aliados de la Iglesia católica a someter con la educación, a poner infinitos escalones por debajo a la mujer con respecto al hombre, cómo el mismo hizo sin problemas con leyes que prohibían la autonomía misma de la mujer, consintiendo los malos tratos, recogiendo en el código penal el adulterio femenino y el uso de anticonceptivos como delito, y enseñando a la mujer paciencia y resignación ante la violencia machista como forma cotidiana de entender la vida por derecho divino y por consejo del párroco de turno en el confesionario; que impedía bajo multa, reprimenda, y si te topabas con un policía largo de mano, hasta algún sopapo simplemente algo tan natural como besarse en un parque... Y podría seguir contando mierda hasta el infinito a sabiendas de que los vacuos todavía saltarían con más argumentos revanchistas y otras necedades  como que urge hacer otras cosas de calado, como si no se pudieran hacer todas las acciones de gobierno a la vez,  porque se trata solo de intoxicar, una estrategia que si es de gente del pueblo, es hasta perdonable, pero no cuando esconde a una derecha llorona por la pérdida de las públicas ubres ubérrimas exprimidas que ya no catan.

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