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El jardín de Bomarzo

El laberinto de las aceitunas

A Teo hoy acuden la mayoría de los problemas del PP nacional, autonómico y provincial en esta guerra interna, soterrada, sutil pero mucho más que evidente

Publicado: 26/10/2018 ·
14:52
· Actualizado: 26/10/2018 · 14:52
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  • El jardín de Bomarzo.
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Bomarzo

Bomarzo y sus míticos monstruos de la famosa ruta italiana de Viterbo en versión andaluza

El jardín de Bomarzo

Todos están invitados a visitar el jardín de Bomarzo. Ningún lugar mejor para saber lo que se cuece en la política andaluza

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Cieza es un pueblo de la provincia de Murcia donde cada año se celebra el campeonato mundial de lanzamiento de huesos de aceituna, probablemente prueba reina en unas olimpiadas de prácticas deportivas estúpidas. Teodoro García, número dos del PP nacional y secretario general de este partido y gran hacedor de la exitosa campaña que  convirtió a Casado en líder nacional, logró el singular título de campeón del mundo al escupir un huesecito a nada menos que 19 metros de longitud, lo que en su día, es de imaginar, provocó asombro y aplausos múltiples entre sus paisanos ciezanos. A Teo hoy acuden la mayoría de los problemas del PP nacional, autonómico y provincial en esta guerra interna, soterrada, sutil pero mucho más que evidente, malas encuestas de por medio, en la que la formación azul se debate. 

El hecho de que Soraya Sáenz de Santamaría se marchara tras su derrota ha dejado a los pies de los caballos a todos aquellos que la acompañaron en su guerra por hacerse con el poder popular. Bien es cierto que Cospedal perdió primero, pero su alianza posterior con Casado le ha permitido quedarse en retaguardia e ir colocando a su gente aquí y allá y el futuro ya se verá. Es el caso de Andalucía, donde pone a dos pesos pesados como son Zoido Nieto al frente de las candidaturas de Sevilla y Córdoba al Parlamento, más la senadora por Almería Maribel Sánchez. Juanma Moreno contrapesa con Huelva poniendo a Loles, por Málaga a él, por Jaén a Lozano y por Granada a Carazo. Y en Cádiz quería a Ana Mestre. La lista de Cádiz hasta el jueves pasado la encabezaba Mestre, seguida de Saldaña, pero el hecho de que Casado no colocara al frente de ninguna provincia a nadie genuinamente suyo lo alteró todo y, pese a que él no quería porque la secretaria del Senado es mucho y compatible con un cargo que le encanta como es la alcaldía de Vejer, Pepe Ortiz aceptó ir de uno con Mestre tras él -para su monumental enfado, obviamente-. 

Alfonso Candón, que en su día fuera relegado de sus cargos al frente de la agrupación de El Puerto de Santa María y, por añadidura, de la candidatura allí por el asunto de Irlanda, donde como todos conocen situó durante un año su vida con doble residencia y el congreso le abonaba los viajes a Madrid de vuelta, conoce bien y aplaude un vuelo certero de hueso de aceituna y ha logrado que Madrid empuje para hacer buena su apuesta por Casado en Cádiz y, así, le coloque de tres en la lista al Parlamento. De este modo, bien es cierto, se cobran otros además facturas pendientes con, por ejemplo, Pelayo Saldaña, a quien ya con anterioridad le habían confirmado que iba de dos. Resituados el uno, dos y tres, a Jerez le ofrecieron el cuatro, en concreto a Isabel Paredes, pero no gustó y amablemente denegaron la oferta no sin antes proponer a Madrid un trueque: Pelayo por Mestre de dos al Parlamento, bien es sabido que ambas comparten una cordial enemistad, a condición de que guardaran un puesto de salida a Saldaña para las próximas listas al Congreso, todo ello aparentemente con la aprobación de un Antonio Sanz que parece haber entendido que su pelea está más en hacerse espacios en Madrid y que aquí se las vayan apañando. Madrid le dijo no a Pelayo y, en consecuencia, le dieron el cuatro a Pilar Pintor, de la agrupación de Algeciras. 

Es posible que durante este fin de semana cuaje la última oferta: la misma que a Patricia del Pozo en Sevilla para Saldaña y es la portavocía del grupo de diputados en Diputación de Cádiz para la próxima legislatura, cargo que actualmente ostenta Pepe Loaiza y que dejaría libre si lo suyo de ir en las listas para el Congreso cuaja, como probable es tras el hueco grande dejado por Candón; portavoz del PP en Diputación es un puesto especialmente apetitoso porque de ahí se puede optar a la presidencia de Diputación y, además, está dotado salarialmente por encima de un parlamentario -coche oficial incluido, que viste y gusta mucho-. Igual Saldaña no acepta, igual sí. 

Si Pepe Ortiz, a quienes algunos ya sitúan en la carrera sucesoria como líder autonómico en sustitución de Juanma Moreno llegado el caso por aquello de ser junto a Esperanza Oña el único que desde el principio apostó en Andalucía por Casado, entra en el Parlamento, lo normal es que pelee por la presidencia provincial en el congreso que con posterioridad se celebre, y más ante un Sanz que a día de hoy cuenta con pocos apoyos en Cádiz y lo sabe: con Teo cual cangrejo en un cubo, separado de Jerez, Mestre está más con Juanma y pendiente de ser acogida por los brazos del entorno de Casado, Beardo es de Sanz pero ya veremos hasta cuándo, Juancho en Cádiz tres cuartos de lo mismo y Landaluce es, sobre todo, de Landaluce, perfectamente hábil en el ejercicio de ponerse de perfil para que no se le vea cuando corresponde. Un nuevo orden existe en el PP consecuencia de que cuando uno apuesta puede ganar, pero si se pierde siempre hay consecuencias y más temprano que tarde los que ganan quieren el sitio.

La parte orgánica de la política es lo más rastrero y feo de todo. Se ven listas donde cada cuatro años siempre van los mismos, la mayoría de las veces elegidos en asambleas que solo sirven para edulcorar el proceso con aromas de participación democrática cuando hasta los gatos saben que de eso no hay prácticamente nada. En eso al menos el PP es más sincero, se ahorra las asambleas, el PSOE las convoca cuando de antemano las listas ya han sido cerradas. Claro que es importante el compromiso político, el trabajo sobre el terreno, bien sea en el ámbito municipal o en la participación que se haga como diputado autonómico o nacional, pero en la política actual se demuestra a diario que tanto o más importante es estar bien colocado en el preciso momento en el que, metafóricamete, el lanzador de huesos de aceituna realiza su singular acto para que el sonoro aplauso no pase desapercibido porque de él puede depender el futuro.

No todo es así, claro. Pero hubo un tiempo en el que la política se manejaba con otros códigos, de otra estirpe, en otro tono, con refriegas de verdad basadas en convicciones ideológicas firmes e inamovibles y no en este laberinto interesado que incluso a los propios actores asquea y no es para menos. Ahora es como leer a Mendoza en El misterio de la cripta embrujada El laberinto de las aceitunas, una sátira permanente que me sirve para hilar una crónica quizás irrelevante.

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