Leocadia Benavente | Haciendo Amigos
El domingo (¡sí, éste!) son las elecciones al parlamento andaluz, y aunque una está fuera de la política le siguen llegando comentarios que demuestran que hay cosas que no cambian. En la campaña estricta, es decir, en los últimos quince días me he encontrado con tres personas que como en el cuento de Navidad representaban el pasado, el presente y el que pretende ser el futuro del Partido Popular.
La que representa el pasado, una histórica del partido de las que antes deban bien la batalla, al preguntarle que qué tal llevaba el trabajo de campaña, me contestó que “… ella ya no hacía nada, que si la espalda, que si vienen los nietos a su casa...”, y, en definitiva, su cara relajada y su desdén al hablar de la campaña reflejaban que el tema ya no iba con ella.
Un par de día después me encontré con otro personaje popular, que tuvo carrera interna pero que no se ha materializado en cargo remunerado alguno. Trabajar para el partido sin recibir nada a cambio más allá de los puntapiés de unos y otros. Me comentaba las grandes dificultades que están teniendo para llenar autobuses para los actos, ya que desde la dirección se les pide un público que ya no responde a las llamadas del partido.
Es el presente, pero está ya en la puerta de salida, y comenta lo contento que se va a poder más de uno cuando se vaya. Y de senderismo me encontré a uno de los personajes que pretenden ser el futuro del partido popular. Me extrañó que en plena campaña no estuviera recorriendo la provincia para conseguir votos. En la conversación reflejó el malestar que existe entre los ganadores de Casado respecto a los perdedores de Soraya.
Los que controlan el partido son de “la chiquitita” mientras que los candidatos electorales, salvo Moreno Bonilla, son de Casado. Parece que los perdedores del Congreso Nacional están en los cuarteles de invierno esperando tiempos mejores, para volver a asaltar el poder tras unos resultados andaluces que sólo se van a poder estudiar en clave de la gravedad de la derrota. Mientras que en el P.P. se siguen poniendo zancadillas y van dejando muertos por el camino, otros partidos, antes Ciudadanos, ahora también Vox, se los van comiendo por los pies.
