“Nos encontramos ante la paradoja progre, en la cual la relación más segura entre un hombre y una mujer, será únicamente a través de la prostitución”, ha dicho
Francisco Serrano, jefe de filas de Vox en Andalucía, concluyendo con que “desde ahora, la diferencia entre tener sexo gratis y pagando, es que gratis te puede salir más caro”. Serrano ataca con saña casposa el nuevo fallo del TS sobre el caso de ‘La Manada’: «es una sentencia dictada por la turba feminista supremacista”. Esta suerte de populismo ultraconservador, que sobrevino a la crisis económica y moral que puso el sistema patas arriba, se pasa por la entrepierna preconstitucional la libertad sexual lograda por la mujer en el marco de nuestro ordenamiento jurídico, después de cuarenta años de lucha tantas veces callada, acallada, reprimida. Pues bien, este compañero indeseable de viaje, que saca los colores de
Albert Rivera ante
Macron y Europa, habría gobernado indefectiblemente en la ciudad de Jaén si el PP de
Javier Márquez hubiera conseguido la cuadratura del círculo de la investidura merced a la réplica del modelo andaluz de las tres derechas en la Junta.
Pero no, no hubo lugar a un lamento tan recurrente como extemporáneo porque el partido más votado en el 26M jaenero, en un vahído del adversario, pese a las supuestas recomendaciones de Madrid y Sevilla en sentido inverso, de Maroto y del de la moto, del desesperante, in extremis, “Vete,
Cuqui, y deja los cuatro años a
Cantos en la alcaldía”, formalizó, deprisa y corriendo, un pacto con Cs que le otorgó el bastón de mando por mayoría absoluta, es decir, con el apoyo explícito de los cuatro concejales naranjas. A continuación, sin anestesia, llegaría la siempre compleja concreción del reparto de las áreas de gobierno. La primera propuesta del socio menor al mayor, la original, la del deseo primigenio, se reservaba Bienestar Social y Urbanismo, y, especialmente por renunciar a la primera, el PSOE no parecía dispuesto a transigir.
Paco Díaz, el ‘2’ de la lista de
Cantos, su consejero áulico, el del famoso whatsapp del mercadeo sin complejos, técnico de los servicios sociales municipales desde los tiempos de
Lucas Mohedano y el
Alcázar de
Segovia, quería ser a toda costa el concejal-delegado adscrito a su área, lo más cercano a un autónomo, es decir, su propio jefe. Pero no, se trataba del ‘no es no’ de quien sabe positivamente que el crecimiento electoral del PSOE en Jaén se cimentó en los barrios y el proselitismo de las políticas sociales no podía ser una cuestión baladí, ni siquiera componenda, en la distribución de carteras. Urbanismo, Asuntos Sociales, Emprendimiento y Deportes, reclamaba, desafiante, Cs, de entrada. Fugaz amenaza de ruptura. El PP de
Cuqui reacciona, de inmediato, advirtiendo que no sería plato de segunda mesa.
A la postre, Hacienda, Emprendimiento, Seguridad Ciudadana y Educación para el grupo que lidera
María Cantos: 4 concejales y otras tantas súper-concejalías –
María Refugio Orozco, Hacienda, por deformación profesional;
Miguel Castro, entre uniformes de policía;
Cantos, asesorada desde el primer momento por
Bruno García, el quinto de la lista, al frente de Comercio, Autónomos y peatonalizaciones; y, por supuesto, a
Paco Díaz, anillo al dedo, Empleo y Educación (en valores)-, ni amago de dimisión forzada por parte de
Díaz –La jefa disculpó maternalmente la soez bravuconería de su correligionario atribuyéndola a la edad política de la inocencia. Sintomático. Lo censurable no son las fronteras éticas de la negociación, que traspasa indecorosamente el concejal de Cs, sino el hecho (todavía disculpable) de que el audio saliera del restringido círculo de la dirigencia de Ciudadanos Jaén-, y la confianza puesta en que el movimiento se demuestre andando para que, andando el mandato, la tremebunda indiscreción del ‘2’ naranja capitalino, pelillos a la mar, se olvide cuanto antes. Para el PSOE, Presidencia (nueva diputada provincial),
África Colomo; Concesionarias,
Francisco Lechuga; Urbanismo, otro
Paco,
Chica; Políticas Sociales,
Nines Díaz; Cultura y Turismo, el gurú
Higueras; Personal y Deportes,
Carlos Alberca; Juventud e Igualdad,
Eva Funes; Universidad, Digitalización y Epassa,
Estefanía Plaza; y Medio Ambiente y Agricultura,
Maricarmen Angulo. En las huestes
psoísticas,
reyistas por naturaleza, en la primera visita oficial de
Paco Reyes al flamante alcalde,
Julio Millán, salía a relucir el viejo deseo de trasladar la encomienda recaudatoria consistorial a Diputación. Sólo sería el comienzo de una nueva etapa de relaciones institucionales presidida por la mutua confianza y las cartas boca arriba. Que el Ayuntamiento y la Diputación vuelvan a ir de la mano tiene su aquel. ¿Tropezarán entre sí aun sin hacerse la zancadilla?