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Educar para el futuro

Los negacionistas de la discordia

Los auténticos negacionista son quienes huyen del debate, temen al que discrepa hasta querer destruirlo, favorecen la ignorancia y crean discordia

Publicado: 27/09/2019 ·
12:32
· Actualizado: 27/09/2019 · 12:32
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Autor

Antonio Monclova

Antonio Monclova es biólogo, doctor en prehistoria y paleontología, master en arqueología y patrimonio

Educar para el futuro

Análisis, crítica y reflexión sobre las necesidades pedagógicas de la sociedad para difundir el conocimiento y la cultura

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Últimamente muchos utilizan con profusión el término negacionista para descalificar cualquier opinión que cuestione la suya. Con este adjetivo hacen referencia a quienes niegan la existencia de un suceso o acontecimiento que según aseguran los sectores sociales más influyentes es totalmente cierto, a la vez que se les culpa de actuar de manera intransigente.

No es lo mismo acusar a alguien de negar algo en base a  unos motivos que acusarle de que sea partidario de negar algo por sistema. La cuestión es que más allá del ámbito de las creencias particulares cuando se niega la existencia de algo suele hacerse porque se tiene algún argumento mientras que un negacionista supuestamente lo negaría por principio y sin ningún argumento.

Por este motivo cuando se señala a alguien como un negacionista se le está diciendo que además de negar algo no está dispuesto a entablar un debate sobre ello, lo cual como ya he dicho es acusarle de ser intransigente.

Muchas personas son tildadas de negacionistas, ninguneadas e incluso se mofan de ellas solo por no estar de acuerdo con los postulados que se han difundido socialmente para avalar la forma en cómo abordar determinados asuntos proclamados de interés mayoritario, tal como son los casos del modelo del cambio climático o la necesidad de ver la historia una cierta forma.

Estas actuaciones además de ser falaces en sí mismas, constituyen una falta de respeto para con la libertad de expresión de los demás y sobre todo una manera de evitar el establecimiento de debates sobre la validez de los postulados objeto de discrepancia por parte de quienes son acusados de negacionistas, ya que la mejor manera de garantizar que un público se convenza mediante un determinado argumento es que nunca llegue a conocer y comprender otro diferente.

No estar de acuerdo con algo que se está propagando en el entorno social – sobre todo si es falso o perjudicial – debe ser considerado como una opinión respetable a menos que con ella se dañe a los demás.

Por ello si a quien discrepa (más si es una persona relevante) se le tilda de negacionista para demonizar su postura en relación a ciertos temas y se le acusa de que con ello está dañando a la convivencia, estaremos ante una actuación que solo busca coartar la opinión de muchas otras personas y limitar sus voluntades de disentir, lo cual solo beneficia a quienes les interesa que los mencionados temas calen en el conjunto de la sociedad.

Negacionista no es solo un calificativo que describe la postura de alguien en contra de una determinada manera de abordar un tema, es en realidad una palabra que busca descalificar y discriminar a quien se le aplica. Los auténticos negacionista son quienes huyen del debate, temen al que discrepa hasta querer destruirlo, favorecen la ignorancia y crean discordia.

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