Alejandro Merello
Les confieso que esta semana, ando un poco despistado. Son muchos los mensajes que recibimos estos días, en su mayoría, comerciales. Cualquier excusa es buena, si el fin alcanzado es el deseado. Lo sé: un planteamiento un tanto maquiavélico para esta época.
Me cuesta apartarme de mis creencias y aun intentándolo, no lo consigo. Tal vez sea porque las creencias forman parte de uno, configurando su personalidad ¿Y a qué viene este planteamiento?
Déjenme que me explique: En Navidad, celebramos la venida al mundo de Jesús –efeméride que hay quien se empeñan en olvidar-. Para muchos, el hijo de Dios; para otros, un simple niño.
Para todos, un nacimiento que cambió la historia de la humanidad. A pesar de ello, no es de extrañar que celebremos la Navidad alrededor de un árbol, de decoraciones y cánticos vacíos de contenido, olvidándonos del origen de esta efeméride.
Parece que el espíritu navideño es una consecuencia más del cambio climático y no el resultado del mensaje de Jesús. Cualquier día de estos, nos encontraremos con un belén en el que la figurita central sea Greta Thunberg. Y para contentar a todos y no ofender a nadie, empezamos a darle cabida a nuevos personajes que inundan estas fiestas.
Y no es que me postule totalmente contrario a enriquecer las iniciativas públicas con nuevos contenidos. Entiéndanme… viva la Reina de Oriente, la de Occidente, la de las Nieves, Cascanueces y la Virgen de la Cueva, que nos proteja a todos el día de cabalgata. Pero, entiéndame, sin olvidar el motivo que origina esta lujuria de invierno, que no de Navidad.
Este año, de entre todos los personajes que nuestro popular concejal de fiestas nos ha “prestado” de su sueño particular, me llama la atención Papa Noel. Personaje que debe su origen a un santo cristiano, pero que ha ido evolucionando a una vertiente mucho más comercial.
A ver cómo lo hacemos para explicar a los niños que no celebran esta tradición, quién es ese señor y por qué no les trae regalos a ellos. Bueno, tendremos que hacer algo parecido a lo que hacemos en Halloween… Cualquier día de estos, nos vemos celebrando el cuatro de julio o la toma de la Bastilla, que queda más progre.