La Junta de Andalucía desechó, dos días antes de que saltara a los medios de comunicación su poca efectividad, comprar los mismos test rápidos defectuosos procedentes de China que sí adquirió el Gobierno central y que ha tenido que devolver, han informado a Efe fuentes del Ejecutivo autonómico.
El Gobierno andaluz decidió el 24 de marzo en su gabinete de crisis adquirir material sanitario, incluidos 60.000 test rápidos, por lo que, dentro de los presupuestos que los proveedores chinos habían enviado a la Junta, en los que incluían una muestra, analizaron estos test.
Un estudio de microbiólogos del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla y del Reina Sofía de Córdoba determinó que esos test rápidos no eran "de confianza", a lo que se añadió el día siguiente un informe científico que establecía que este tipo de pruebas sólo se podían llevar a cabo en pacientes con síntomas.
Ante estas indicaciones, la Junta "ralentizó" el proceso y no siguió adelante.
El 26 de marzo se conoció que el Gobierno central tenía que devolver por defectuosos los test rápidos que había adquirido en China y que eran "los mismos" que se habían desechado en Andalucía.
El Ejecutivo andaluz no había cerrado ningún contrato de compra con esta empresa, "se probó la muestra y se desechó", según las fuentes.
A raíz de esta situación, la Junta decidió dirigirse a otro fabricante y formalizar la compra de 30.000 test, de los que se espera su próxima llegada, para ir "poco a poco".