Pero la cara amarga también está presente en este día. El visitador general de la Orden, Crisol Albuzac, explicó a INFORMACIÓN que en lo que va de 2009 se ha duplicado el número de personas acogidas por estos insignes hospitalarios gaditanos. En concreto, este año han atendido a más de 4.000 personas, 3.302 de ellos españoles y 700 extranjeros.
Perfil
El perfil también ha cambiado. Cada vez hay más gente joven, en un 90 por ciento son hombres, de edades comprendidas entre los 25 y los 48 años. Gente que ha acabado en la calle como consecuencia de una separación, de su dependencia a las drogas o al alcohol, por la ausencia de un familiar con el que contar y compartir sus problemas o por padecer enfermedades mentales.
La estancia media en este albergue situado en pleno corazón de Cádiz es de cinco días, y no porque sus usuarios no necesiten quedarse más tiempo, sino porque la demanda no da opción a más. En total, el edificio cuenta con 15 camas, de las cuales cinco están cedidas al centro Luz y Sal. Este es uno de los aspectos más desagradables para su Albuzac: “Llevo 12 años colaborando en la Orden y no me acostumbre a tenerle que decir a una persona que lo necesita que se tiene que ir porque no puede estar aquí más de cinco días, salvo casos muy puntuales”.
Los Caballeros Hospitalarios no están notando la crisis sólo en el volumen de indigentes, también en las decenas de familias gaditanas que acuden cada miércoles por un lote de comida de esos que la Orden recibe del Banco de Alimentos. En lo que va de 2009, los caballeros han repartido ya más de 43 toneladas de alimentos a los necesitados.