Cada semana que me pongo a pensar en qué temas podrían ser interesantes para trasladarles a través de esta columna de opinión, me asalta la duda sobre qué asunto puedo tratar o cuál puede ser más relevante.
No se crean que es fácil llegar en alguna semana a la conclusión de un asunto sobre el que manifestarles mi opinión.
Esta lo tenía fácil. La actualidad política, los transfuguismos y demás cuestiones dan para mucho pero no quería martirizarles más sobre todas estas cuestiones. Menos cuando estamos a las puertas de unas vacaciones que no van a ser vacaciones habida cuenta de las limitaciones de movilidad bien realizadas ante el repunto de casos de coronavirus.
Tampoco voy a hablarles de la barbaridad que me supone el adelanto electoral de la Comunidad de Madrid en plena pandemia.
Hoy he llegado a un tema acordado con mis compañeros de trabajo y les reconozco que me ha gustado por su originalidad.
Hoy les pregunto si las torrijas con miel o con azúcar. ¿Qué preferencias tienen ustedes con respecto a esta receta tan típica de Andalucía en este periodo de Semana Santa? Les confieso que me gustan de las dos formas, tanto con azúcar como con miel. Es lo que tiene ser forofo de los postres y de los dulces de nuestra tierra.
Ahora bien, entiendo que como el que es del Madrid o del Barcelona, del Betis o del Sevilla, cada uno tendrá una preferencia. Para mí todas son válidas.
Otra cuestión controvertida con respecto a las torrijas está en elegir entre pan de molde o pan de barra. Ahí sí soy más meticuloso. Me gustan con pan tradicional, con pan de barra, al estilo antiguo. Es lo que tiene ser tradicional.
Y con respecto a las tradiciones hay que tener en cuenta que se abren todos estos debates en determinados sitios tienen una mayor o menor intensidad. Así, algunos ven un ataque frontal a lo que se supone que es el purismo en cuanto a la gastronomía de nuestra Comunidad Autónoma.
Si me piden opinión tampoco veo para tanto. Ya me parece excesiva modernidad que haya torrijas con sabor a té, café, arroz con leche...
Esas parecen que son las últimas tendencias sobre este producto del que no está clara su precedencia. Algunos dicen que es de origen romano, otros del pueblo árabe. Lo que sí me queda claro es que se trata de un producto magnífico y que en este Semana Santa caerán algunas por mi parte. De hecho, les reconozco que ya han caído dos y esto acaba de empezar.
Buen provecho lectores.
