El que fuese jugador del Arcos C.F. a finales de los 70 y mediados de los 80, Alejandro Carpio Rufo, falleció esta madrugada a los 57 años de edad. Carpio fue compañero de equipo de futbolistas muy recordados en Arcos como Paco Eloy, Juan Ramón González, Francisco Javier Álvarez, Lobatón, Mancera, Castillo, Eloy, Sebas, Contero, Camacho, Hierro, Garrido, Rubio, Juani, Gordillo, Enrique Rodríguez, etc. También llegó a jugar en el Espera C.F. en Regional Preferente a las órdenes de Nicolás Sosa, club al que llegó a través del exjugador espereño Currito, una de las leyendas del fútbol serrano, y de un hermano de este.
Juan Ramón González, compañero de juventud dentro y fuera de los terrenos de juego y uno de los promotores del grupo de exjugadores del Arcos denominado “Arcos C.F Siglo XX”, nos habla de Carpio recordando que “él estudiaba en La Salle y yo en San Miguel. Nos hicimos amigos y fuimos a jugar los partidillos que, por aquel entonces, organizaba el añorado Antonio Camacho contra equipos de Jerez ya que no existían escuelas de fútbol ni nada parecido. Luego, Alejandro y yo coincidimos en el Instituto Miguel Mancheño, época en la que entramos en los juveniles siendo cadetes, en 1978, pero con fichas un tanto irregulares. Nos firmaron en el Bar de los Huevos, en el Barrio, y nos metieron a los dos en el juvenil con solo 15 años, donde nos dirigió Manolo Brenes, el primer entrenador que tuvimos en la temporada 1979-80. Desde ese momento, permanecimos juntos tanto en el juvenil como en el primer equipo, además de salir como amigos en la pandilla. Entonces íbamos a la Discoteca Zappa y su padre le regaló un Renault 5 con 18 años al sacarse el carné de conducir. Nos juntábamos Juan Manuel Salas –hijo de Juan Salas-, “Justito” (Francisco Javier Álvarez), Pepe Contero, etc. Alejandro se juntaba mucho con los Álvarez porque era vecino de ellos de la Peña Picá. Pasados los años, nos volvíamos a reunir en el Bar Primera con él y los compañeros de equipo en el Arcos: Paco Eloy, Hierro, Eloy, etc. y él me avisaba para que viniera a verlo. En esa época ya teníamos cerca de 40 años. Luego creamos el grupo de “Arcos Siglo XX”, en el que estábamos aquellos futbolistas que coincidimos en el club en aquella etapa, y volvimos a vernos y hablarnos, como en el sepelio de Antonio Gallardo o en el almuerzo de El Lago en junio de 2018. Antes de celebrarse esa comida, estuvimos él y yo viendo algún partido del Arcos, al que también acudieron otros compañeros, como Paco Eloy”, rememora Juan Ramón
Carpio poseía una planta excepcional de jugador potente y recio, de los que no se arrugaban en el campo por muy mal que fueran las cosas. Jugaba de delantero centro y una de sus mayores virtudes era el juego sin balón. “El desmarque que tenía Alejandro no se lo he visto a ningún otro futbolista con los que yo he jugado”, nos asegura su gran amigo y compañero en el Arcos Juan Ramón González. “Como anécdota te diré que era torpón con las piernas, por lo que fallaba algunos goles. Tanto es así que su padre, Pepe Carpio, uno de los más fervorosos seguidores del Arcos de aquella época, le gritaba desde la grada recriminándole cariñosamente sus errores, pero de cabeza iba fenomenal y los que no marcaba con los pies los metía de cabeza. Tenía un buen golpeo de balón y jugaba mucho al espacio libre, además de ir al choque como nadie. Yo lo tuve que marcar más de una vez en los partidillos de entre semana y era muy difícil de sujetar porque era fuerte, contundente y corría mucho. La que enganchaba dentro del área iba para dentro o rompía el palo o el larguero porque tenía mucha fuerza en las piernas”, nos recuerda Juan Ramón.
Miguel Caneda, que también fue jugador del Arcos, no podía ocultar su pesar por la luctuosa noticia: "Qué quieres que te cuente de él que no sepáis, era un tío grande en toda la extensión de la palabra. A mí me trató como a un hijo, me hizo sentirme uno más del grupo. Yo llegué con la liga empezada dos partidos o tres, siempre estaba pendiente de mí, ha sido un golpe muy grande el que me acaban de dar. Cuando José Pedro fue a casarse por segundas, nos invitó a unos cuantos a comer. Él estaba trabajando y salió corriendo de Sevilla y vino a la comida. Fue un reencuentro después de 33 años con él, increíble el rato que pasamos. Terminó de comer y se fue a seguir trabajando para Sevila. Lo daba todo por sus amigos. Un gran tipo. D.E.P.", señaló Miguel Caneda.
Alejandro Carpio llevaba bastante tiempo trabajando en una empresa de logística en Dos Hermanas y estaba muy bien considerado en su actividad. Su cuerpo se encuentra en el tanatorio de Tomares (Sevilla), donde mañana se efectuará el responso a las 11:30 h y la posterior incineración.
Alejandro Carpio Rufo deja viuda, Montaña, y dos hijas.