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“Esfuerzo y oportunidad son claves para poder triunfar”

Recomienda a todo el mundo que acuda a las capitales para luchar por su sueño porque hay más oportunidades

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  • Triunfando con Isabel.

R otundamente joven, exultante y precipitado, al actor Víctor Elías lo conocimos cuando salía de la ducha, pero ya vestido, en los camerinos del teatro "Olivares Veas", poco antes de comenzar el concierto que hace un mes ofrecieron Ana Barba y Adán Caro y a los que Víctor acompañó al piano. Precisamente de sus estudios de jazz hemos hablado. Y hemos hablado también de su carrera como actor, que comenzó en el teatro cuando contaba cuatro o cinco años y que siguió luego, entre otros, con cinco años en la serie televisiva "Los Serrano", para desembocar en su papel más reciente, el del adolescente Alfonso de Castilla en la serie "Isabel", que ejecuta con soltura y autenticidad. 

—¿La fama llega como un regalo o es el fruto del trabajo, del estudio, de la dedicación?
—Bueno, la verdad creo que aunque Isabel ha sido por supuesto de gran importancia para mi currículo y aprendizaje, el reconocimiento mediático llego más bien con "Los Serrano" al estar 5 años en antena. Entre con 12 años a formar parte de ese equipo aunque llevaba desde los 4 años trabajando en teatros, series,… Así que puede ser fruto de trabajo, ya que llevo muchos años en la profesión, pero también creo que influye estar en el lugar adecuado en el momento adecuado. Por eso creo que tanto esfuerzo como oportunidad son claves para el reconocimiento profesional. 


—Hace poco murió nuestro Alfredo Landa y en una de sus declaraciones que repusieron en televisión decía que se fue de su Pamplona natal a Madrid para triunfar en el cine. Usted parece que hace el camino inverso. Nació en Madrid en 1991 y ahora vive en Arcos. ¿Ya no es necesario vivir, o malvivir, en la capital para ser actor, o dramaturgo, o músico?
—Es cierto que las grandes oportunidades siempre están en las capitales y es lo que le recomiendo a todo el mundo, que acuda a las capitales cuando comienzan a luchar por su sueño. En mi caso he cogido un ritmo en el que subir a un casting o subir a trabajar una temporada no requiere que este allí constantemente.



—En el concierto que hace unos días ofrecieron en el teatro "Olivares Veas" los arcenses Ana Barba y Adán Caro, acompañó usted al piano e incluso luego, en el fin de fiesta, le vimos acompañar con palmas por bulerías a los artistas. ¿Cómo van sus estudios de jazz? ¿Cree usted que tanto el flamenco como el jazz provienen de lo más hondo y dolorido de las sociedades en que se dan? ¿Ve una vinculación entre ambos estilos musicales?
—Efectivamente yo estudie piano por la escuela de Música Creativa de Madrid, que es de las pocas escuelas españolas que ofrecen titulación homologada en música contemporánea: jazz, latino, pop, rock... Sí que es cierto que puede existir cierta vinculación entre el flamenco y el jazz. Yo creo que quizás tanto el jazz como el flamenco tienen en común que son el fruto de músicos con mucho sentimiento en los que  lo que menos importa es el estudio total de la materia si no el haberte criado o sentir esa fuerza que te lleve a ese estilo determinado de música. Tenemos grandes ejemplos de grandes músicos que no empezaron a estudiar hasta que no encontraron su éxito.


—Usted participó en obras de teatros con solo cuatro años, ¿Se acuerda? ¿Es posible que los entendidos puedan ver actitudes y aptitudes interpretativas a esa edad?
—Si me acuerdo de algunas cosas aunque hace muchos años. Se supone que un niño lo puede tener más fácil por la ingenuidad y la frescura que pueden ser de las cosas más complicadas de transmitir. También cuando eres niño lo tomas todo como un juego por lo que todo es más natural. Si se pueden ver aptitudes aunque siempre es arriesgado jugársela a una carta ya que como digo ese niño cuando va creciendo va perdiendo frescura y puede ser que el niño que de pequeño destacaba a apuntaba a ser un buen actor de mayor no conserve las mismas aptitudes y no pueda dedicarse a ello.


—Volviendo a la serie Isabel. Imaginamos que para meterse en el papel de Alfonso de Castilla es imprescindible estar empapado de la historia de la época, de las costumbres, los entresijos y tejemanejes de la corte. Usted, o sea, Alfonso de Castilla, murió a los quince años en condiciones nunca aclaradas suficientemente. ¿Puede aclararnos algo? ¿Era Isabel una mujer ambiciosa cuyo único objetivo era reinar a cualquier precio?
—Hay varios puntos de vista en la historia, desde quien dice que fue  de la Pacheco, su supuesto compañero en el reinado, él que le mató tras Alfonso plantarle cara y querer echarle de la corte.  La otra teoría es que fue su propia hermana... Tal y como lo hemos representado todo apunta a Pacheco aunque a mí siempre me quedara la duda.


—Y por último querría preguntarle sobre la actualidad, ¿Ha visto usted ralentizada, o suspendida, su carrera artística, por culpa de la crisis?
—La verdad es que si se nota hay menos dinero para los proyectos por lo que los puestos de trabajo se reducen. Aun así tampoco veo mi carrera suspendida, ni parada. El ser actor es una constante carrera de subidas y bajadas a las que hay que saber acostumbrarse a que muchas veces habrá más recursos y más trabajo y que otras veces no será así y estarás tiempo sin trabajar.  Lo más importante es tener claro que esta profesión es siempre es así.

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