La compañía Iberdrola ha reclamado al Gobierno central daños y perjuicios una vez que el Ministerio de Industria denegó a la empresa el cierre del grupo tres de su central térmica de ciclo combinado en Arcos, según publicaba el diario
El Mundo.
La eléctrica advierte al parecer en sus alegaciones que la denegación de la clausura está vinculada a razones de interés general “que escapan absolutamente del control de Iberdrola. La empresa alega que su petición de cierre, solicitada en julio de 2013, se sustenta en su ejercicio de libertad de empresa recogido en la Constitución.
Fuentes próximas al Gobierno señalaron que la prohibición del cierre se realizó conforme a un informe de Red Eléctrica, operador del sistema, que advertía de posibles problemas en el suministro eléctrico en la zona si se desmantelara el grupo tercero de Arcos. La decisión está pendiente de ratificación por la Dirección de Energía, según añaden las mismas fuentes.
El informe del operador del sistema consideraba que en principio el cierre no plantearía problema alguno en la cobertura de suministro de la zona. No obstante,la Red Eléctrica argumenta que el desmantelamiento de este grupo, con una capacidad de 800 megavatios, es incompatible con la parada permanente del ciclo combinado vecino del Campo de Gibraltar, detenido por una orden judicial desde 2012.
En sus alegaciones, Iberdrola lamenta ciertas deficiencias e inconsistencias en el informe elaborado por el operador del sistema y pide que clarifique cuáles son los riesgos para la cobertura. La eléctrica también recuerda que las paradas de Arcos y del Campo de Gibraltar podrían ser compensadas con otras instalaciones próximas situadas en Los Barrios, San Roque y Algeciras.
Iberdrola añade en su informe que, en el caso de que se ratificara la denegación de la solicitud, Industria debería comunicarle la reanudación de la instalación de Campo de Gibraltar cuando esta se produzca para solicitar, si a su derecho conviniera, el cierre del grupo tres de Arcos.
Además, la empresa demanda prioridad ante las hipotéticas solicitudes de cierre en la zona que podrían producirse en el futuro.
El grupo tercero de la térmica arcense está afectado por una profunda infrautilización por la caída de la demanda y el crecimiento de las energías renovables. Las centrales de ciclo combinado en España han reducido su actividad en un 60 por ciento desde el año 2009, pasando en apenas unos años de ser una de las primeras tecnologías de generación a abarcar un seis por ciento de la demanda del país, según las últimas cifras de la Red Eléctrica.
No se prevé que esta crisis de utilización se solucione en los próximos años. De momento, la Secretaría de Estado de Energía estaría trabajando en el desarrollo normativo de la ley que permitirá hibernar estas instalaciones, lo cual significa parar una central por un periodo flexible de más de un año para eliminar los costes variables de su operación y aliviar su pérdida económica.
La hibernación venía recogida en la reforma eléctrica aprobada en julio de 2013 por Industria, si bien la norma que se aprobará en las próximas semanas incluirá cambios respecto a la primera versión. Aún no hay un informe escrito sobre la capacidad potencialmente hibernable, si bien se cifra alrededor de los 10.000 megavatios. Esta cantidad es equivalente a un 38 por ciento del parque nacional de ciclos combinados y a algo menos del diez por ciento de la capacidad de generación del país.
Industria está dando prioridad a la tramitación del decreto que regulará la nueva retribución de las energías renovables. La semana pasada se anunció que la versión final del decreto incluirá algunos cambios técnicos con respecto al remitido en fase de consultas y recogerá algunas alegaciones del sector, según precisan las mismas fuentes.