El teatro Olivares Veas recibió el homenaje anual que el Ayuntamiento de Arcos rinde a los maestros que se jubilan en el curso que acaba de finalizar. En esta ocasión se trataba de María Victoria Vera Monje, del colegio San Miguel; María Dolores Rodríguez Merino, del CEIP Maestro Juan Apresa; Antonio Garrucho García y Genaro de las Cuevas Gil, del colegio La Salle; y Manuel Borrego, del IES Los Cabezuelos. Todos abandonan una vida entregada a la educación de las nuevas generaciones, a las que sin duda han formado lo mejor que han sabido.
La gala homenaje fue conducida por la delegada municipal de Educación, Ana Carrera, y contó, además, con la proyección de un video realizado con la ayuda de un dron que tomó imágenes aéreas de los distintos centros educativos donde han desempeñado su trabajo los profesores ahora jubilados. Carrera señaló que “es justo reconocer vuestra trayectoria, en la que habéis pasado por distintas etapas educativas, afrontando las distintas reformas, hasta llegar a introducir las nuevas tecnologías en el aula, adaptándoos siempre”.
El acto contó también con la participación de la jefa de Ordenación Educativa de la Delegación territorial en Cádiz, María Luisa Bermejo, quien excusó la ausencia de la nueva delegada territorial, Remedios Palma. También el alcalde quiso enaltecer el trabajo realizado por los profesores y el legado que, en este sentido, han dejado en las nuevas generaciones de arcenses.
En nombre de los homenajeados, tomó la palabra el profesor Manuel Borrego, quien leyó un emotivo discurso en el que reparó en las innumerables satisfacciones, y sinsabores en ocasiones, que le han deparado la carrera de maestro, en la que siempre procuró apoyar en primer lugar al más débil.
El alcalde de Arcos clausuró el acto señalando que “Generaciones de niños y niñas arcenses han pasado por vuestros manos adquiriendo valores, y hoy os queremos devolver el cariño con que los habéis formado”.
El acto, no obstante, no estuvo exento de reivindicaciones de mejores medios, técnicos y humanos, en la incansable tarea de educar a los nuestros niños y jóvenes. Pero ahora tocaba celebrar eso que llaman jubileo, o pasar a una mejor vida.
En fin, un día de emociones compartidas en pleno verano y que afloraron aún más, si cabe, en la posterior convivencia celebrada en el palacio del Mayorazgo por gentileza municipal.
