En un entorno tan exigente como es el campo, donde el sacrificio y el compromiso marcan la rutina diaria, Teresa Mera, presidenta de la Asociación de Mujeres Ganaderas, nos abre las puertas a un mundo donde las mujeres luchan por abrirse paso en un sector tradicionalmente masculino. Con una labor incansable para visibilizar su papel en la ganadería extensiva y promover la sostenibilidad medioambiental, Teresa nos cuenta cómo la Asociación, creada en 2018, defiende tanto el bienestar animal como el empoderamiento femenino en las zonas rurales.
En esta entrevista, descubrimos el esfuerzo, la pasión y los retos a los que se enfrenta en su día a día como ganadera y líder de un colectivo que crece, lenta pero firmemente, para demostrar que el futuro del campo también es femenino. .
Buenas Teresa, cuéntanos, ¿cómo surgió la Asociación?
- La Asociación de Mujeres Ganaderas se creó con el objetivo de tener unos estatutos que contemplen y defiendan el papel de la mujer rural, visibilizando también su presencia en todos los puestos de administración. Nuestro rol fundamental es resaltar la importancia de la mujer en el ámbito rural y garantizar el bienestar animal, defendiendo la ganadería extensiva. Por lo que podemos decir que, la asociación se sostiene en estos dos pilares: la visibilidad de la mujer rural y la defensa de la ganadería extensiva.
¿Cuándo surgió?
- La asociación se gestó en 2018 y entró en funcionamiento en 2019.
¿Cuál es tu papel dentro de la asociación?
-Soy la presidenta de la Asociación de Mujeres Ganaderas. Mi papel principal es luchar por los derechos de las mujeres en este sector masculinizado, demostrando que las mujeres son igualmente capaces de gestionar una explotación ganadera extensiva. Tenemos mujeres que salen al campo con sus caballos y realizan todos los manejos igual que los hombres, demostrando así su competencia y capacidad en este ámbito
¿Cuántas asociadas sois?
- Actualmente somos 14 mujeres asociadas. Tenemos miembros de distintas localidades como El Botero, Vejer de la Frontera y Tarifa, y recientemente se ha unido una nueva socia de Málaga. La asociación crece lentamente, ya que en el mundo ganadero no hay muchas personas jóvenes interesadas en este campo. A pesar de eso, animo a los jóvenes a involucrarse porque vivir y trabajar en el campo ofrece muchas satisfacciones.
Es un trabajo muy sacrificado...
- Es un trabajo muy sacrificado porque requiere estar alerta las 24 horas del día, los 365 días del año. Los animales siempre tienen necesidades y no es un trabajo donde puedas cerrar la puerta e irte; hay que estar con ellos todo el tiempo.
¿Cómo es la conciliación familiar?
- La conciliación familiar es complicada, no solo en el mundo rural, sino en general, porque las políticas aún no están suficientemente desarrolladas para favorecer a la mujer en este aspecto. En el mundo rural es aún más difícil, ya que acceder a recursos y gestionar las labores diarias con un bebé en el campo puede ser mucho más complicado que en un entorno urbano. Cuanto más alejada esté una familia de la ciudad, más difícil es la conciliación.
¿Crees que al final esta profesión se va a perder?
- Espero que no. El sector primario ha demostrado su importancia, especialmente durante la pandemia, y es esencial para el funcionamiento del mundo. Proveer de alimentos no solo significa alimentar, sino hacerlo bien. Apostar por lo natural, lo ecológico, lo sostenible y lo sustentable es apostar por nuestra seguridad alimentaria y nuestra salud. El sector primario es fundamental para nuestra alimentación y para asegurar que comamos bien. Si el sector primario desapareciera, podríamos terminar comiendo alimentos producidos en laboratorios, pero con qué calidad y qué efectos tendría eso en nuestra salud. No me gustaría que esta profesión se perdiera, ya que los que estamos en ella lo hacemos por convicción y devoción, y creemos en el valor de producir carne ecológica.
Una carne ecológica y de calidad...
- Así es, una carne que respeta fundamentalmente el medio ambiente y, sobre todo, el bienestar animal. Estamos muy orgullosos de los que estamos dentro de este sector primario y de los que llevamos estas explotaciones, porque estamos comercializando una carne de calidad. Es una carne de la que podemos estar muy orgullosos, ya que proviene de un entorno mágico como la Sierra del Retín. Además, estos animales realizan una labor importantísima para nuestros ecosistemas. Los que estamos en este sector estamos convencidos de que estamos haciendo una gran labor. Queremos que nuestro ejemplo sirva para las nuevas generaciones, para que entiendan que, aunque nuestro trabajo es muy sacrificado, es posible buscar formas de hacerlo lo más cómodo posible. Los manejos de la ganadería hoy en día no son los mismos que hace tiempo. Las nuevas generaciones están apostando por seguir en el campo y se están formando en técnicas de manejo que ayudan a llevar mejor el trabajo. También hay jóvenes que están apostando por quedarse con las explotaciones de sus padres o familias, o incluso emprendiendo nuevas explotaciones.
Hay muchas personas que no saben qué es la carne de retinta
- En Barbate, el atún es muy conocido, pero la carne de retinta a veces queda a la sombra. Sin embargo, tanto la pesca como la ganadería son parte del sector primario y tienen igual importancia. Estamos trabajando para sensibilizar y visibilizar este entorno y la ganadería de la Sierra del Retín. Es una ganadería potentísima y tenemos la suerte inmensa de tenerla aquí.
¿Contáis con apoyo de otras entidades
- Con el Ayuntamiento de Barbate tenemos buena relación, llevamos tres años colaborando en las jornadas ganaderas, que ponen en valor la Sierra del Retín y la ganadería extensiva. Estoy convencida de que, poco a poco, la ganadería extensiva ocupará su lugar y se le dará el valor que merece. Es muy importante promover la comercialización en circuitos cortos en la zona, para que esta carne no tenga que salir fuera para ser valorizada. Queremos que se comercialice localmente y que el consumo local promueva la ganadería extensiva de la zona.
Y, ¿cómo es un día típico de una mujer ganadera?
- La mujer ganadera, como cualquier mujer, tiene que organizarse bien debido a la gran cantidad de labores que debe realizar. La ganadería extensiva implica vivir y trabajar al aire libre, tanto el animal como la ganadera. Hay épocas con mucho trabajo y otras con menos, dependiendo de la climatología. Por ejemplo, durante ciertos periodos, es necesario acompañar al ganado con suplementos alimenticios porque el campo no ofrece suficiente comida, lo que requiere más trabajo. Sin embargo, estas épocas intensas se compensan con otras de menor carga laboral, permitiendo un equilibrio. Un día típico puede implicar trabajar las 24 horas, entre el campo, la casa, y las labores administrativas que conlleva la explotación ganadera. Como cualquier mujer en cualquier ámbito, la organización es clave para poder cumplir con todas estas responsabilidades.
¿Te has encontrado rechazo por ser ganadera?
- Aunque esto se está difuminando con el tiempo, al principio sí hubo rechazo. Incluso dentro de mi propia familia y en la zona, se cuestionaba mi decisión de ser ganadera. Es un trabajo muy digno y tiene algo mágico, especialmente cuando te encuentras en un paraje precioso como la Sierra del Retín, rodeada de animales. Sin embargo, en mi entorno y en la familia, inicialmente no se entendía por qué elegí esta profesión, especialmente teniendo otras formaciones que me permitirían trabajar en diferentes ámbitos. La percepción está cambiando y cada vez hay más mujeres gestionando explotaciones en el sector primario, ya sea en ganadería o en pesca
¿Por qué elegiste ser ganadera?
- Tengo otras formaciones y podría estar trabajando en otros campos, pero elegí ser ganadera por voluntad propia. Sentí la necesidad de tomar una decisión y aposté por este camino, aunque mucha gente no lo entendía. En la sociedad, no encajaba la idea de una mujer gestionando una explotación ganadera. Sin embargo, esto está cambiando y hoy en día hay muchas mujeres en el sector primario, gestionando tanto ganaderías como empresas de pesca. La diferencia entre manejar un toro y un atún, por ejemplo, es mínima en cuanto a esfuerzo y responsabilidad, y las mujeres son perfectamente capaces de realizar estas labores. Además, si un día no puedo llevar a cabo mi labor, siempre hay personas buscando empleo que pueden ayudar, ya sean mujeres u hombres. ¿Cuántas generaciones de ganaderos hay en tu familia? - En mi familia, mis abuelos eran agricultores en la zona del Botero. Estamos arraigados a la tierra y, desde la década de los 80, hicimos una reconversión a la ganadería. Contando abuelos, tatarabuelos, padres y demás, podemos decir que hay unas cuatro generaciones involucradas en el mundo del campo.
Lo llevas en la sangre entonces...
- Sí, esto lo llevo en mi ADN porque lo he mamado desde pequeña gracias a mi padre. Es parte de nuestro ADN rural. Este vínculo con la tierra es muy fuerte y me impulsa a seguir adelante. Es algo que probablemente también motive a otras mujeres que han crecido en el campo y que, de alguna manera, sienten esta ilusión y deseo de continuar en este entorno. Animo a las mujeres a seguir en el campo, porque el campo necesita cuidados, y si alguien puede cuidar del campo y de nuestro planeta, es la mujer. No hablo del rol tradicional de cuidadora, sino como cuidadora del planeta en general.
Algo que te gustaría decir para finalizar la entrevista...
- Me gustaría animar a otras mujeres a que emprendan en el campo. El emprendimiento femenino en el campo es muy necesario para poner en el mercado productos de calidad y, sobre todo, para que la mujer siga teniendo un papel fundamental en el mundo rural. Además, quiero poner en valor la importancia medioambiental de la Sierra del Retín y la ternera ecológica que producimos allí. Es crucial resaltar la calidad de esta carne y la labor medioambiental que realiza la ganadería en esta región. Totalmente convencida que la Ternera Ecológica de la Sierra del Retín tendrá el reconocimiento que merece.
