La familia de Ana sigue aún con el susto en el cuerpo después de que el pasado martes, tras volver del trabajo a eso de la una del mediodía, entraron en su casa y encontraron a un hombre intentando robar en la vivienda. «Entonces comenzó un forcejeó con mi marido y el ladrón salió corriendo escaleras abajo. Aunque fuimos tras él consiguió huir. Entró a mi cocina desde una pequeña ventana que está junto a la del pasillo de la comunidad, imagínate el susto. Llevamos 30 años viviendo aquí y nunca ha pasado algo así», detalló la víctima.
Pero los vecinos del barrio llevaban varios días ya en alerta tras dos robos y otros intento sucedidos la pasada semana. En este caso los ladrones consiguieron llevarse pequeñas joyas y unos 2.000 euros en efectivo, tras forzar las puertas de las viviendas. Los robos se hicieron a plena luz del día, a media mañana y entre edificios que se encuentran a escasos metros de distancia.
Fuentes policiales aseguran que han sido dos robos puntuales y que el botín ha sido escaso. La vigilancia se ha extremado en la zona en estos días.
Sin embargo, por otro lado, los vecinos creen que se trata de cacos que saben cuándo están los pisos vacíos y conocen el vecindario. «En uno de los casos el ladrón entró en una vivienda y tras revolverla entera y ver que no había nada de valor, entró en la casa de al lado y se llevó las joyas que encontró», detalló otra vecina.
