Déborah Fernández es la nueva entrenadora del Cádiz Virgili. Una mujer que tiene claro que quiere seguir disfrutando del fútbol y hacer disfrutar a los aficionados. Ella desearía seguir en la cancha, pero ahora está en los banquillos rompiendo estereotipos al entrenar a un equipo masculino. Ya formó parte del club, pero como segunda entrenadora. Ahora, toma las riendas.
¿Cómo recibió la llamada de Álex del Amor?
El primer contacto que tuve con él fue cuando me citó parte de la directiva. Fue una sorpresa ver a Álex del Amor en esa reunión porque yo aún lo tenía en mente como jugador. Me explicaron cuáles iban a ser sus funciones como director deportivo y me planteó un proyecto que tiene muy buena pinta.
¿Fue clave la figura de Álex del Amor para que aceptara el proyecto y el cargo?
Ha sumado para que tomara esta decisión. Es una persona muy conocedora del fútbol sala en todos los sentidos y tiene mucha experiencia, pero también ha influido la directiva, que la conozco desde hace muchos años y en especial a su presidente, a Pablo Isorna. Esa suma de factores ha hecho que me decante por mi presencia en el Virgili.
Supongo que estará muy ilusionada con su regreso al Cádiz Virgili.
Por supuesto. Recalar en un club con tanta historia y tan importante como el Virgili te crea inicialmente una ilusión tremenda de empezar un nuevo proyecto que haga transmitir esa ilusión y ganas de hacerlo bien que tenemos todos. Me honra poder estar en este club tras tener que abandonar otros proyectos. Antes era seleccionadora andaluza, pero ha merecido la pena llegar hasta aquí.
En la última etapa se llevó un sabor agridulce al terminar la temporada por la pandemia.
No fue lo más agradable y más teniendo en cuenta que en el equipo se encontraba en crecimiento. Cortar así me dejó la espinita clavada que me quiero quitar con esta temporada.
¿Cómo va a ser entrenar a Álex del Amor siendo también director deportivo?
Va a ser muy sencillo porque Álex es un auténtico profesional que va a saber separar su faceta dentro del equipo, donde va a ser un jugador muy importante por su experiencia.
Llega al club en un momento clave en el que el Virgili dio un paso al frente. ¿Hay objetivo fijado ya?
El momento que se nos plantea es muy importante. Es de transición de una categoría a otra y tenemos que aprender de los errores cometidos. El Virgili es un equipo referente y uno de los objetivos es estar arriba. Pero lo que tenemos claro es que queremos trabajar con la gente joven para crecer tirando también de la cantera y de los jóvenes que se incorporen.
Tiene mucha experiencia tanto como jugadora como entrenadora, ¿qué papel le gusta más?
Tengo clarísimo que si pudiera seguiría jugando. Es algo que siempre le digo a los jugadores que veo desmotivados, que aprovechen hasta el último momento que su cuerpo, mente o circunstancias les dé para estar en la cancha. Lo echo mucho de menos.
Una mujer entrenando a un equipo masculino. Una pena que siga sorprendiendo. Es uno de los techos de cristal a romper.
Sigue sorprendiendo, pero se están dando pasos agigantados en ese papel de la mujer dentro de los banquillos. Llevo muchos años vinculada al mundo del deporte masculino y estoy acostumbrada. Considero crucial que la mujer siga formándose, participando en los cursos de entrenadoras y conseguir la titulación para que sigan contando con nosotras.
El deseo de Déborah, “brindarle a la afición el ansiado ascenso a Segunda B”
La entrenadora Déborah Fernández afronta con mucha ilusión el proyecto y tiene claro el deseo para la temporada: “Devolver al Virgili al luger que le corresponde logrando ese ansiado ascenso a Segunda B”. Además, envió un mensaje a los seguidores del conjunto panadero, a los cuales necesitan para afrontar los partidos. Por eso Déborah le pide a los aficinados “que vengan a vernos porque vamos a trabajar para que disfruten del equipo y enganchar a la afición que nos ha llevado en volandas tantas veces”. Y sentenció que “Ojalá al final de la temporada podamos brindarles el ascenso”. Por supuesto, también dejó claro que el respeto debe ser bandera del Cádiz Virgili siempre, “para mí es clave”.