Sólo habían transcurrido algunos días desde que los dos paseaban por las calles de San Francisco o se codiciaban con estrellas de Hollywood pero lo cierto es que ya no saben vivir el uno sin el otro y a Sara se la puso una sonrisa en la cara nada más verlo.
Después, ambos pasaron la noche juntos y al día siguiente mientras el portero se incorporó a la dinámica de entrenamiento del Real Madrid, la reportera optó por relajarse durante una jornada de compras por el madrileño barrio de Salamanca.
No obstante, ella no estuvo sola durante la ausencia de Iker ya que se marchó a su pueblo, Corral de Almaguer (Toledo), para visitar a sus padres y demás familia, como muestra Semana.