Según explicó ayer a Efe el presidente del Patronato del Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel, Luis Arroyo, el parque se encuentra en un gran momento tras haber superado el verano con más de 1.000 hectáreas inundadas.
La recuperación hídrica es un hecho gracias a los aportes que llegan desde el río Gigüela y los que proceden de arroyos que vierten en el propio parque, como los de Cañada Lobosa y Cañada del Gato.
El buen momento hídrico en el parque como consecuencia del nuevo episodio de lluvias, dijo Luis Arroyo, ha hecho posible que se abran las compuertas del Molino de Molemocho, por lo que el agua asciende hacia el Molino de Griñón en lo que se conoce popularmente como Guadiana.