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Madrid es ya blanca y amarilla

Desde primera hora los jóvenes se han echado a la calle sin que el calor pudiera pararlos.

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  • Congregados en Madrid. -
Dos días antes de que Benedicto XVI pise por primera vez Madrid, la capital luce ya blanca y amarilla, los colores de la bandera vaticana y los elegidos por cientos de miles de peregrinos para hacerse notar en la calle como protagonistas de la Jornada Mundial de la Juventud, que arrancó ayer hasta el domingo.

Ni el calor, casi cuarenta grados, ni el cansancio del viaje, en muchos casos desde los rincones más alejados del planeta, tampoco la incomodidad de dormir una primera noche en el suelo de colegios, polideportivos y otros lugares públicos, han impedido que, desde bien temprano, cientos de miles de jóvenes se echaran a la calle.

Lo han hecho en grupos, casi siempre de la misma nacionalidad y acompañados por sacerdotes y monjas. Y sin dejar de agitar banderas de sus países ni de cantar, los peregrinos han aprovechado este primer día para, aún con gesto despistado, familiarizarse con la ciudad que será escenario de su encuentro con el papa.

Especialmente animado ha estado el centro de la ciudad, que con el ir y venir de miles y miles de chicos y chicas presentaba un aspecto, por concurrido, muy distinto al de otros agostos.

La plaza de Cibeles, el lugar donde el millón largo de jóvenes que espera reunir la organización dará el jueves su bienvenida al Papa, vivió una jornada muy ajetreada, con miles de peregrinos que contemplaban los últimos preparativos para la misa que oficiará esta tarde el cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco, y que abrirá oficialmente la JMJ.

Aunque se hospeda en casa de unos amigos, Marisa, bilbaína, vivirá estos días con “la misma intensidad” que aquellos que han encontrado techo en los lugares públicos habilitados. Janet, llegada desde Miami, está “encantada” por visitar un país “de mayoría católica”. Ana María, peruana, ha madrugado para ver “todo lo posible” de Madrid; de la JMJ espera “aprender más sobre cómo parecerse a Jesús”.

Para dar de comer a tantas bocas, la organización, además de habilitar las cocinas de los centros de alojamiento, ha llegado a acuerdos con 2.100 establecimientos de hostelería, que darán de comer y cenar a precios reducidos.

La previsión de la Asociación Española de Cadenas de Restauración Moderna (Fehrcarem) es servir, hasta el sábado, más de 1.800.000 menús.

La complejidad de la organización de esta JMJ madrileña, a la que asistirán unos 4.000 discapacitados, la segunda que acoge España tras la celebrada en Santiago de Compostela en 1989, presidida por Juan Pablo II, ha obligado a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado a realizar, en sólo dos días, 80.000 chequeos, para garantizar que todo transcurra sin sobresaltos.

Dolores Carrión, delegada del Gobierno en Madrid, ofrecía esta cifra tras presidir en la Jefatura Superior de Policía de Madrid la constitución del Centro de Coordinación Operativa (CECOR), activado desde medianoche.

En el dispositivo de seguridad participan más de 10.000 miembros de Policía Nacional, Guardia Civil, Policía Municipal de Madrid, Unidad de Coordinación de la Comunidad de Madrid, organización de la JMJ, Bomberos, SAMUR, Protección Civil y Ejército.

“No va a haber incidente ninguno y toda la Jornada se va a celebrar en un ambiente de religiosidad festivo y alegre”, decía Carrión, que apelaba al “respeto” entre las personas cuando fue preguntada sobre posibles incidentes en la manifestación laica que, autorizada, recorrerá mañana el centro de Madrid para protestar por la visita de Benedicto XVI.

La Guardia Civil informaba de la desaparición de tres hermanas ghanesas desaparecidas desde el domingo en A Rúa (Orense), y que habían viajado a España junto a otros peregrinos del país africano para participar en la JMJ.

Según las investigaciones, todo apunta a que han aprovechado para huir y permanecer ilegalmente en España.
Para que la ciudad presente un aspecto limpio, antes, durante y después de la JMJ, el Ayuntamiento ha puesto en marcha un dispositivo de limpieza con cerca de 1.400 trabajadores.

De la importancia de este viaje del pontífice da cuenta la cifra de medios de comunicación acreditados: 4.758. De ellos, 3.401 de habla española. Rouco confía “plenamente” en su trabajo y que informarán con verdad, seriedad y responsabilidad, aunque desde “visiones del mundo muy distintas”.

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