Los investigadores de las muertes de una mujer y su hija de nacionalidad belga, halladas con signos de violencia en un chalé alquilado de la urbanización de Sotogrande, en Cádiz, creen que podría tratarse de un caso de violencia de género, aunque no descartan otros móviles.Los cadáveres de la mujer, de 51 años, y de su hija, de 9, han sido trasladados esta madrugada al Centro de Medina Legal de Cádiz para practicarles las autopsias, mientras que la pareja sentimental de la mujer, un hombre de 53 años y también de nacionalidad belga, permanece detenido en las dependencias de la Comandancia de la Guardia Civil de Algeciras, como supuesto autor de ambos crímenes.
Los cuerpos, descubiertos ayer por la mañana, permanecieron en el chalé, en la calle Daimiel, hasta las dos de la madrugada, ya que se esperó la llegada desde Madrid de un equipo de la Guardia Civil especializado para inspeccionar la vivienda y recoger pruebas para la investigación antes de levantamiento de los cadáveres.
Fuentes próximas al caso han informado de que el fiscal de violencia de género de Algeciras ha estado presente en todas las diligencias desde el mismo momento del levantamiento del cadáver, porque "de momento" se ve bajo esa hipótesis, aunque no descartan que, una vez reunidas las pesquisas y avance el interrogatorio del detenido, se determine que el móvil ha sido otro.
En ese sentido, otras fuentes próximas a la investigación señalan que también se estudia que un problema económico de la pareja sea el que hubiera impulsado al supuesto homicida, que tenía varios cortes en el cuello y en otras partes del cuerpo.
El juzgado de instrucción número 2 de San Roque (Cádiz), encargado del caso, ha decretado el secreto del sumario, por lo que aún no han trascendido ni las identidades de las fallecidas ni del detenido.
El doble crimen se produjo la noche del martes o madrugada del miércoles, aunque fue descubierto ayer por la mañana cuando el casero de la familia acudió a la vivienda en la que residían en régimen de alquiler para recoger las llaves de la casa, que iban a entregar ese mismo día.
La pareja tenía una deuda con el pago del alquiler de este chalé, ubicado en una de las urbanizaciones más exclusivas de la costa europea.
El arrendatario de la vivienda encontró en la casa los cadáveres de la mujer y de la niña con signos de violencia tras lo que alertó a la Guardia Civil.
Poco después los agentes localizaron y detuvieron al hombre mientras caminaba por la calle con varios cortes en el cuerpo.
