Al Cádiz CF le salió el partido perfecto frente al Melilla, muy desconocido sobre el césped del Carranza conforme fueron cayendo los goles de un equipo local contagiado de la alegría carnavalera.
Poco juego se pudo ver en la primera parte, pero el Cádiz CF aprovechó su mayor pegada para ponerse por 2-0 y llegar al descanso con un 2-1 que hacía justicia a los méritos mostrados por unos y otros sobre el césped.
Sorprendió la desaparición de la convocatoria de Kike Márquez por decisión técnica al ser un fijo de los últimos partidos. El resto sí fue lo esperado con Ceballos y Andrés Sánchez en los laterales escoltando a Tena y Josete en la zona de centrales. Por delante, Mikel Martins y Jorge Luque para llevar la manija del juego no tuvieron rival frente a un Melilla muy blando y perdido desde el minuto uno.
El central Josete abrió la lata rematando un saque de esquina cuando aún no se habían cumplido ni diez minutos de juego en el Ramón de Carranza. Los amarillos tenían el partido de cara bien pronto y no lo iban a desaprovechar, aunque el Melilla recortó distancias antes del descanso.
Con las ideas claras, aunque sin demasiada fortuna al trasladar esos pensamientos en la práctica, los de Raúl Agné controlaban el partido con una superioridad inesperada ante un equipo norteafricano del que se esperaba más.
Mediada la primera parte, Airam culminó una jugada bien trenzada desde la banda para ampliar la ventaja local. El canario no perdonó su primera opción de gol y envió el balón al fondo de la portería defendida por un desacertado Munir, guardameta que había despertado el interés del equipo cadista el pasado verano.
Sólo de penalti pudo marcar el equipo visitante. Lo hizo David Vázquez al transformar una pena máxima cometida por Andrés Sánchez, antiguo lateral del equipo al que se medía esta vez.
Con el 2-1 regresaba la inquietud a las gradas del estadio gaditano, pero la segunda parte despejaría todas las dudas en un partido con claro color amarillo.
Jorge López debutó como titular en casa tras haber jugado la primera parte en la visita al Arroyo. Y no lo pudo hacer mejor. Para empezar, porque aguantó el partido completo sobre el terreno de juego y, por otra parte, porque participó activamente en la victoria incluso marcando el tercer tanto de la tarde.
El 3-1 desquició por completo a los melillenses entrenados por Juan Moya, que ya no reaccionaron y se limitaron a seguir encajando goles y a pedir la hora para terminar cuanto antes con el sufrimiento. Por si fuera poco, Bolaños, presa de la frustración, cometió una falta brutal en la banda y se marchó con roja directa con todavía más de media hora por delante. Con estos ingredientes, el encuentro era una pesadilla para los visitantes y un sueño para los cadistas.
Airam Cabrera ya había marcado un gol y el otro goleador destacado del Cádiz CF, Juan Villar, no quería ser menos en esta lucha personal que mantienen. Apenas siete minutos después de la diana anotada por Jorge López, el onubense hacía el cuarto tanto y dejaba el partido visto para sentencia, si es que no lo estaba ya.
Kike López, muy desaparecido una vez más, se ganó la buena nota marcando el quinto. El delantero cadista hizo un nudo a su defensor dejando ver su enorme potencial y batió a un desesperado Munir, que no tuvo precisamente su mejor tarde.
La media docena la tuvo Villar en su cabeza, pero a su precioso remate le faltó algo de precisión y se topó con el poste izquierdo. Pero no hacía falta más, el 5-1 dejaba en casa tres puntos y mucha moral extra para seguir adelante.
