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Campo de Gibraltar

Mellaria denuncia “la privatización de calles”

El colectivo cultural advierte de la degradación del casco histórico del uso privado que de espacios públicos hacen algunos establecimientos y de la presencia de contenedores de basura.

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  • Una de las calles denunciadas por Mellaria -

La Asociación Tarifeña para la Defensa del Patrimonio Cultural, Mellaria ha denunciado en su último boletín informativo la paulatina degradación que por “desidia y dejadez municipal” está sufriendo diferentes rincones del casco histórico.

En tal sentido, el colectivo apunta a la “privatización” de al menos 13 rincones enclavados la mayoría en pleno casco histórico.

Esto es la utilización de espacio público como plazoletas, calles, acerados o callejones de manera unilateral por comercios y establecimientos hosteleros y hoteleros en su mayoría.

Así, Mellaria se hace eco de una queja generalizada de que son muchos los establecimientos que usurpan con mesas y sillas, terrazas y otras instalaciones, los espacios públicos.

En casos como el Callejón de Yllesca, el callejón del Duque o la plaza Estanco Viejo se ha procedido al cierre con cancela de calles legalmente transitables que han pasado a ser propiedad de establecimientos.

En otras ocasiones los cerramientos con tarimas de madera por parte de los establecimientos, hacen del acerado, lugares dedicados a la clientela de los mismos.

Eso conlleva que se impida el paso de las personas, lo que se agrava cuando quienes transitan por el lugar lo hacen en vehículos para personas con minusvalías o carritos para bebés, que en ocasiones tienen que abandonar la protección y el abrigo de la acera para transitar por la calle junto a los vehículos que circulan.

Otro aspecto denunciado por Mellaria, como degradación del casco histórico radica en la proliferación de contenedores de basura.

En esta cuestión, el colectivo señala que “o la dejadez por no usar los soterrados o bien por averías permanentes por falta de mantenimiento por parte de la empresa responsable, trae consigo consecuencias negativas como el impacto visual y olfativo que producen los contenedores.

La asociación cultural también aprovecha su boletín informativo para denunciar la aparición de graffitis en el Castillo de Santa Catalina, que debería de tener un precinto judicial.

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