Una Feria de Córdoba entre "discocasetas" y sevillanas

Una de las diferencias entre la Feria de Córdoba y las del resto de capitales de provincia es la "libertad" de los disyóqueis (dj) al enfocar sus sesiones de música entre el repertorio tradicional de sevillanas y rumbas, y los sonidos más modernos, en los que predomina la música latina.

El debate sobre las "disco-casetas" llegó a plantearse durante el anterior mandato, en el que el Gobierno del PP llegó a hablar de la obligatoriedad de fijar un mínimo de sevillanas, rumbas o fandangos por cada hora de música que se escucha en las casetas del recinto Ferial.

Son muchas horas. Aproximadamente 140 o 150 horas de música en cada caseta, cientos de miles de canciones, de músicos de hoy y de siempre, y de pistas vacías y llenas, y de trabajadores que las seleccionan y pinchan, en ordenador y en cd e incluso en vinilo, si hace falta y el dinero lo permite.

La libertad del dj de la feria de Córdoba es, según Juani Cash, periodista y pincha discos, una muestra de "cosmopolitismo" que la ciudad le imprime a su fiesta grande, y con la que, "consciente o inconscientemente, se ha querido alejar del modelo tradicional sevillano".

"En Córdoba pones tres sevillanas seguidas y a la segunda ya estamos cansados. La Feria aquí es un evento muy festivo, mucho más enérgico que tradicional. Es casi como un laboratorio de pruebas para la canción del verano", sostiene Cash en declaraciones a Efe.

Respecto a la canción de la feria, Cash se encoge de hombros. "Creo que la de Jennifer López del anillo. Aunque, si me preguntas a mí, prefiero cuando suena aquella otra suya de 'Let's Get Loud', aquella música latina sí que era festiva. La de ahora parece una broma".

El traslado al recinto Ferial de El Arenal hace 25 años convirtió la Feria de Córdoba en una "mini-ciudad festiva" que creció al tiempo que se consolidaba la oferta de ocio nocturno y las discotecas en la ciudad, de modo que no tardó en haber un trasvase de djs de los clubes a las casetas, que persiste a día de hoy.

Cash ha vuelto a pinchar este año en la Feria, en la Caseta El Capirote, casi una década después de la última vez que lo hizo, aunque lejos de ofrecer el menú de éxitos típicos, se inclinó por una sesión de música House inspirada en los años 90 y de música Disco de los años 70.

A su lado, la cantante de Fuel Fandango, Nita, que se inclinó hacia sonidos más africanos y latinos, y en cuya sesión no faltaron tampoco los temas de su grupo e incluso el "Volando Voy" de Camarón de la Isla, ya que esa conjunción entre flamenco y música electrónica no es raro en la feria.

Hay casetas, como el Aspa, que cuentan con un puñado de djs que tienen su propia página en la que cuelgan la música que va a sonar en la feria, y que permite escuchar músicas tan "bailonas" y distintas como cumbia, afrobeat o funk.

Luego están las bandas de versiones, que se han convertido en parte del escenario del Recinto Ferial y que son casi tantas como coros rocieros o conjuntos de flamenco.

Hay algunas que no pasan un día de feria sin subirse al escenario y hacer suyos los éxitos de los 80 y los 90 para disfrute del personal.

Aunque, para entender bien la propia filosofía de la Feria, nada más llamativo que la propia caseta municipal por la que desfilan artistas tan variopintos como Andy y Lucas, Laura María Larrea, los Mojinos Escozíos y un Festival de Tributos.

Música y ambiente para todos los públicos, canciones y desenfreno y bailes folclóricos y sensuales marcan cada año el final del Mayo Festivo cordobés y dan pie a la llegada de los dos meses más musicales de la ciudad, junio y julio, en los que se celebrarán el Festival Río Mundi, la Noche Blanca del Flamenco y el Festival de la Guitarra.