Con respeto pero sin ningún miedo. Así aterriza el conjunto de Nervión en la capital de España en el día en el que volverá a enfrentarse a uno de sus grandes terrores de su centenaria historia, jugar en el Santiago Bernabéu.
El Sevilla, tras cinco jornadas invicto en Liga, tendrá que bailar con las más fea para intentar ponerle remedio, primero a una racha pésima a domicilio que alcanza ya los trece meses sin ganar lejos del Pizjuán, y segundo a una historia que sino fuera por el 0-1 de 2004 y el 3-4 de 2008 contaría todo por derrotas en lo que va de siglo. Además, el propio Unai Emery, al igual que en el Camp Nou, no sabe lo que es ganarle al Madrid en su feudo, acumulando hasta la fecha seis derrotas y un único empate.
No es de extrañar que los números del Bernabéu no estén con los hispalenses, pero ni con el Sevilla ni con casi nadie. No obstante, nunca es tarde cuando la dicha es buena. Así, de amarillo y tribales, los hombres de Emery intentarán frenar a un equipo herido tras la caída ante el Barça. Y lo que es peor, deberá aguantar el chaparrón de las presuntas decisiones arbitrales que se puedan tomar tras el debate abierto desde la capital por el arbitraje de Camp Nou. Otra cuestión sobre la que el Sevilla está curado de espantos, más aún cuando el envite tiene lugar en Madrid.
Así y con todo, el técnico vasco podría volver a plantar esta noche (22.00 horas) el sistema que ya dispusiera en Valladolid, con cinco defensas, de los cuales dos ostentarían las bandas como carrileros, dos pivotes defensivos y arriba Rakitic y dos más. Muchas cuentas pendientes en un partido que, de darse la campanada, los de Nervión romperían varias rachas.
De amarillo en Madrid
Del Nido confirmó el pasado lunes en Osuna que el Sevilla vestirá de amarillo en su visita al Bernabéu. “Lo han pedido los propios jugadores porque así aún no se ha perdido ningún partido”, señaló.
