A una semana del despegue de la Copa del Mundo 2014, fuentes oficiales confirman que solo 6 de los 12 estadios que alojarán el torneo dispondrán de conexión Wi-Fi. La capacidad de transmisión de datos en su interior aumentará cerca de un 50% gracias a los 164.000 metros de cable de fibra óptica y 1.014 antenas instaladas para la ocasión.
"Lo que no hicimos, no fue porque no quisiéramos. Fue porque no pudimos, no tuvimos acceso". Así se defendió Eduardo Levy, presidente ejecutivo del sindicato de empresas de telefonía brasileña Sinditelebrasil, en una rueda de prensa este martes. Al parecer, las compañías no han logrado llegar a acuerdos con los estadios respecto a la adquisición de espacios donde instalar la maquinaria necesaria.
Los estadios conectados serán Maracaná, en Río de Janeiro, donde se desarrollará la final el próximo 13 de julio, así como las sedes de Fonte Nova, Beira Río, Mané Garrincha, el Arena Pantanal y Arena Amazonas. El sistema de redes que albergan permitirá mantener 24.000 conexiones en red y 300.000 llamadas de voz simultáneas.
Tanto locales como turistas (éstos últimos haciendo uso de un chip especial) tendrán acceso al servicio. Como consecuencia, se espera un aumento del tráfico de datos en ciertos momentos clave de los encuentros. Redes sociales como Twitter protagonizarán el inicio y fin de los partidos y casas y comparadores de bonos de apuestas como Betworld vivirán su momento álgido durante los 90 minutos que separan ambos momentos.
Durante la ceremonia y el partido inaugurales, sin embargo, los asistentes al Arena Corinthians de Sao Paulo tan solo podrán hacer uso de las antenas 3G y 4G instaladas por los operadores, a falta de conexión Wi-Fi en el recinto. Los problemas para ofrecer un servicio de conexión de calidad no son nuevos: ya se manifestaron en la Copa de Confederaciones de 2013, y se suman a la polémica social y presupuestaria que envuelve el Mundial desde la elección de Brasil como sede.
