Los equipos de Milán-Cortina y Estocolmo-Åre se enfrentarán este lunes en Lausana en un partido trascendental para sus intereses deportivos: la elección de la sede de los Juegos Olímpicos de invierno del año 2026.
El auditorio del Centro de Convenciones de la ciudad suiza será la cancha sobre la que expongan sus argumentos antes de que 95 árbitros, los miembros del Comité Olímpico Internacional (COI), decidan quién gana esta vez.
Con esta elección de la sede de 2026 comenzará la 134 Sesión de COI, la asamblea plenaria anual del organismo, que se prolongará hasta el miércoles.
No hay favorita: las candidaturas sueca e italiana llegan a la votación con sus opciones intactas, avaladas por sus instalaciones y su probada experiencia en la organización de competiciones de hielo y nieve.
Pero ambas comparten ciertos problemas que no dejó de apreciar la comisión de evaluación del COI que las examinó sobre el terreno en meses pasados.
El principal, la lejanía entre las múltiples subsedes y las complicaciones que ello implica en materia de transporte, alojamiento y seguridad.
Así, Åre, donde se disputarían las pruebas de esquí alpino y algunas de snowboard si gana el proyecto sueco, está separada de Estocolmo por 615 km.
Los saltos de esquí serían en Falun, a mitad de camino entre las dos sedes principales, y las competiciones de bobsleigh, luge y skeleton serían en Letonia, en la localidad de Sigulda.
Esta anomalía, ahora permitida, puede jugar a favor de Estocolmo, pues demostraría que el COI va en serio en su intención de ahorrar a las ciudades el coste de construir nuevas instalaciones, aunque sea a costa de llevar alguna prueba a otro país.
"Elegir Sigulda le da a Letonia una experiencia olímpica que de otro modo el país nunca podría disfrutar", añadieron los examinadores.
Milán, que se quedaría con las pruebas de hielo, y Cortina, con el esquí alpino, el biatlón, el curling y los deportes de trineo, están a más de 400 km de distancia. A ellas se unirían varias subsedes que tampoco están cercanas, como Bormio (esquí alpino) y Livigno (snowboard, esquí estilo libre), a unos 200 km de Milán; el valle de Fiemme (saltos, esquí de fondo y patinaje de velocidad), a unos 300; y la Arena de Verona, a 160 km, elegida para la ceremonia de clausura y que puede presumir de ser la única instalación construida en el siglo I.
Esta dispersión obligaría a alojar a los deportistas en seis villas olímpicas.
Como media, según el COI, el 80 % de las infraestructuras planteadas por ambas candidaturas ya están construidas o serán temporales, frente al 60 % que tuvieron las candidaturas de 2022. Como consecuencia, "los presupuestos operativos son un 20 % inferiores a los de 2018 y 2020". En el caso de Estocolmo el coste de los Juegos se elevaría a 1.517 millones de dólares y en el de Milán a 1.566.
Estocolmo necesita construir tres sedes, para patinaje de velocidad, curling y esquí de fondo, y Milán precisa dos nuevas instalaciones, la Villa Olímpica y una pista de hockey hielo.
La carrera por la sede de los Juegos de 2026 quedó reducida a , solo dos candidatas tras las sucesivas renuncias de Sion (Suiza), Graz (Austria), Calgary (Canadá) y Sapporo (Japón) por falta de apoyo popular o político.
La ciudad elegida por los miembros del COI sucederá a Pekín, que organizará los Juegos de invierno de 2022.
Suecia no ha sido nunca sede de los Juegos de invierno, aunque sí de los de verano de 1912, también en Estocolmo. Italia sí los ha organizado en dos ocasiones: en 1956 en Cortina d'Ampezzo y en 2006 en Turín, además de los de verano en 1960 en Roma.
Las dos candidatas harán una presentación técnica de media hora este lunes por la mañana y se someterán luego a 45 minutos de preguntas por parte de los miembros del COI. Por la tarde tendrán otra media hora para una presentación final, antes del voto secreto de la asamblea. A las 18 hora CET (16.00 gmt) Thomas Bach anunciará el nombre de la ganadora.
