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El Último McGuffin

Adolescence

Crítica de cine de Jesús González, de El Último McGuffin

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  • Adolescence. -

Adolescencia es la serie de la que todo el mundo habla. La miniserie británica de 4 episodios creada por Stephen Graham y Jack Thorne se ha colocado rápidamente entre lo más visto de Netflix, plataforma en la que se estrenó el pasado 13 de marzo. Los motivos que explican su impacto en la conversación cultural del momento conciernen tanto a lo que esta miniserie cuenta como a la manera en que lo hace: Adolescencia narra el arresto de Jaime Miller, un niño de tan solo 13 años, por el presunto asesinato de una compañera de instituto, y está rodada en 4 larguísimos y complejos planos secuencia que nos embullen de lleno en una historia de gran calado emocional, llevándonos de la mano de sus personajes sin realizar ningún corte de montaje, y haciéndonos partícipe de los sentimientos que una situación tan desgarradora causa en todos ellos.
La historia que narra Adolescencia surge de la mente de Stephen Graham como una respuesta al aumento de crímenes de este tipo en Gran Bretaña, y se desarrolla como una brillante reflexión acerca de las preguntas que, como sociedad, nos sacuden cuando nos enfrentamos a la tarea de darle sentido a una realidad cada vez más cruenta y deshumanizada. Los cuatro episodios de esta miniserie no buscan arrojar respuestas sencillas al espectador, sino plantear un análisis reflexivo acerca de cómo hemos llegado hasta aquí. Así, la serie muestra cómo la falta de comunicación, empatía y cariño hace aún más profunda la brecha generacional que nos separa de nuestros jóvenes, abandonados en un estado de frustración e incomprensión, fruto de un fracaso educativo que sacude todas las instituciones y que abarca principalmente a las escuelas y a las familias, desbordadas y sin herramientas suficientes para enfrentar una oleada de problemas, como son el acoso escolar o la violencia de género, cada vez más normalizados y perpetrados a través de algo tan etéreo como las redes sociales, cuyos algoritmos están diseñados para favorecer el consumo de contenidos extremistas.

Adolescencia no busca ofrecer una respuesta a un problema que nos atañe a todos, pero sí que se postula a la hora de repartir responsabilidades, y nos invita a reflexionar sobre cómo estamos enfocando la educación de nuestros jóvenes

Adolescence.


No es la primera vez que una serie se atreve con el plano secuencia. Aún recordamos el plano secuencia al final del cuarto episodio en la primera temporada de True Detective, que a muchos televidentes sirvió para descubrir esta técnica de rodaje, y de manera más reciente y ambiciosa las series han ido incorporando a su repertorio esta manera de abordar la narración hasta abarcar episodios completos (el último episodio de Los Años Nuevos, de Rodrigo Sorogoyen) o incluso temporadas completas (como es el caso de El Colapso, producción francesa sobre una distopía). El caso es que, en Adolescencia, debido a la complejidad y duración de los episodios, esta técnica alcanza un nuevo nivel de pericia técnica que ha requerido un gran proceso de planificación, diseño de coreografía, estudio de la puesta en escena, la búsqueda incesante de soluciones para mover la cámara y un trabajo colosal de interpretación por parte de todo el reparto.
Como hemos mencionado anteriormente, Adolescencia no busca ofrecer una respuesta a un problema que nos atañe a todos, pero sí que se postula a la hora de repartir responsabilidades, y nos invita a reflexionar sobre cómo estamos enfocando la educación de nuestros jóvenes, a los que debemos un esfuerzo por salvaguardar un futuro con esperanza. Todo pasa por comprender la necesidad de establecer responsabilidades emocionales entre nosotros, por favorecer una conciliación real entre las familias, y por ofrecer todas las herramientas posibles a disposición del estado para cubrir las necesidades básicas de educación y salud mental para que esta generación, que no pidió heredar nuestros traumas y taras, pueda construir su mundo desde una perspectiva sana de igualdad y respeto. Por todo ello, Adolescencia no solo es una de las series más ambiciosas del año a nivel técnico, sino también una de las más necesarias en su mensaje. 

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