Ni Talgo ni migajas

Quizá se trate de una resignación mal entendida, de un pesimismo crónico que nos lleva a creer que las obras prometidas nunca se realizan, que nunca llegan a materializarse. Hasta que lo hacen. La puesta en servicio del AVE a Granada tras años de retraso solo ha demorado el desastre más que previsto por todos los responsables provinciales que sabían desde hace décadas que este día llegaría, y no han reaccionado a tiempo. La miopía política provincial centraba el discurso y la consigna en el servicio de Talgo de Linares-Baeza cuando su cancelación y recuperación era solo una parte más del guión que nos dirigía sin discusión hacia su supresión. Lo que dibujaron hace unos meses en plena campaña como un logro fue una traición, una mentira más, y ha sido la última. Y ahora se arrodillan suplicando por migajas.  El diseño de Álvarez-Cascos consagrado y bendecido después por el PSOE provincial con la mentira del Plan Activa ha dado en Granada sus mejores frutos. La viñeta de un rotulador rosa esquivando la provincia dibuja el desinterés y la incapacidad política, pero esconde aún una verdad inconfesable, publicada, pero que sigue siendo un tabú que nadie ha tenido aún valor de reconocer a los giennenses. Y es que el día en que el famoso “AVE” de Jaén-Alcázar de San Juan esté en marcha tardaría más en unirnos con Madrid que el recién inaugurado AVE a Granada. ¿Esperamos a que llegue ese día para volver a cabrearnos? O vamos entendiendo las razones por las que la conexión a través de Jaén jamás ha interesado a Granada ni a sus políticos que, luchando, creyeron en el enlace con Antequera. Tengámoslo presente, el aeropuerto llevará nuestro nombre mientras les interese a ellos, la A32 se hará cuando a Andalucía Occidental le convenga esa salida hacia Levante y la A-81 se está haciendo en Granada porque quien lucha por ella es Granada. En Jaén se hacen gestos, pero fuera hay políticos luchando por su tierra, dibujando sus provincias en planes de infraestructuras mientras nosotros nos quedamos en las viñetas. Y si no véase la capital de la Costa del Sol, que a la ministra Magdalena Álvarez levantaría monumentos en sus calles malagueñas y del PP, por más que en el resto del país solo sepamos de sus imputaciones en los ERE. Algo bueno habrá hecho, solo hay que llegar a Málaga por autopista, AVE o a través de la T4 para entenderlo. Y no, no se quedó suplicando por un Talgo ni migajas. Tenía aspiraciones mayores.