La construcción del Burj Dubai --Torre Dubai en árabe-- comenzó en 2004 con unos 12.000 trabajadores. La inauguración, sin embargo, ha sido retrasada en dos ocasiones. Ahora los dirigentes dubaitíes pretenden que el Burj Dubai se convierta en el símbolo de la recuperación económica y que infunda optimismo en el país.
Dubai, uno de los siete integrantes de los Emiratos Árabes Unidos, se ha hecho famoso por sus excesos como la construcción de un archipiélago artificial de islas con la forma de un mapa mundi, otros dos archipiélagos con forma de palmera o el levantamiento de una pista de esquí artificial en pleno desierto.
El proyecto del Burj Dubai también ha sido criticado por grupos de Derechos Humanos que denuncian las condiciones de los trabajadores que participaron en su levantamiento y tampoco los ecologistas están contentos con una torre que podría convertirse, sostienen, en un agujero negro de consumo de energía que aumentará considerablemente la huella de carbono del país.
Sin embargo, muchos consideran que se trata de una maravilla arquitectónica. El proyecto se cree que ha tenido un coste total de unos 1.500 millones de dólares, unos 1.047 millones de euros.
La altura definitiva de la torre sigue siendo un secreto bien guardado, pero tras su inauguración el consorcio constructor desvelará el dato. Por el momento sólo se sabe que supera los 800 metros.
El Burj Dubai albergará unas 1.100 viviendas y ya se han vendido casi todas a pesar del estallido de la burbuja inmobiliaria dubaití a finales de 2008 tras seis años de crecimiento desaforado. La crisis provocó la pérdida de miles de puestos de trabajo y proyectos de miles de millones de euros han sido cancelados o aplazados.