“La ley que promulgo hoy aplicará reformas por las que generaciones de este país han luchado durante años”, dijo Obama en una ceremonia en la que estaban presentes los legisladores que promovieron la medida y ciudadanos que se beneficiarán de la reforma.
Un Obama sonriente como quizá nunca desde el día de su investidura insistió en que “hoy, tras casi un siglo de pruebas, hoy tras más de un año de debate, hoy después de que se han contado todos los votos, la reforma del sistema sanitario se convierte en ley en Estados Unidos. Hoy”.
El presidente, para el que la medida representa el mayor triunfo de su mandato y un logro que había esquivado a quienes le precedieron en el cargo, dedicó la firma, entre otras personas, a su madre, fallecida de cáncer y que “hasta los últimos días de su vida tuvo que pasarlos peleando con las aseguradoras”.
Tras la firma, el presidente estadounidense se desplazó al Departamento del Interior, donde pronunció un discurso sobre el alcance de la medida frente a una audiencia de legisladores y de estadounidenses cuyas historias, según la Casa Blanca, ponen de relieve los beneficios que acarreará la reforma.
Para no hacer sombra al evento, la Casa Blanca canceló un acto para presentar su nuevo plan antidrogas, en el que iba a participar el vicepresidente Joe Biden.
Y Obama no mantuvo a lo largo de la jornada otros actos públicos, pues incluso su reunión con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, fue a puerta cerrada.