El portavoz de Unidas Podemos, Pablo Echenique, recrimina al exdirigente y actual líder de Más País, Íñigo Errejón, maniobras y una pugna constante por el control de la organización, que pudieron llevar incluso a la dimisión del exsecretario general Pablo Iglesias y situó a la formación morada "al borde del abismo" tras su escisión en 2019.
También lamenta que una parte de la izquierda contribuya a desacreditar los partidos políticos enarbolando plataformas ciudadanas, de marcado carácter "personalista", y que al final se plasman con el tiempo en formaciones políticas. Y como ejemplo pone a la exalcaldesa de Madrid Manuela Carmena y el propio Errejón cuando lanzaron Más Madrid.
Así lo trasladada en su libro 'Memorias de un piloto de combate' (editorial Arpa), en el que relata su trayectoria vital y política, así como los principales acontecimientos que han marcado Podemos o la conformación del Gobierno de coalición.
Mediante estas páginas revela que, con el acuerdo entre PSOE y Unidas Podemos para la coalición, se puso sobre la mesa la posibilidad de que fuera uno de los ministros y ostentara la cartera de Ciencia y Universidades y que si hubiera querido esa opción se habría concretado.
"Pedro Sánchez estuvo incluso barajando la posibilidad de llevar a cabo adaptaciones necesarias en el complejo de la Moncloa", apunta para indicar que tanto él como Iglesias lo descartaron. Y ensalza que fue el exvicepresidente quien decidió desde la generosidad que el coordinador de IU, Alberto Garzón, Yolanda Díaz y los comunes estuvieran presentes en el Ejecutivo aunque eso reducía la representación que le correspondía a Podemos.
A lo largo del volumen, el portavoz parlamentario del grupo confederal dice que hasta la treintena se comportó como un "idiota político" y que en esa etapa se acercó a Ciudadanos, formación en la que militó un año (entre 2008 a 2009) influenciado entonces por el clima mediático contra el nacionalismo.
También diserta como luego sintió atracción por Podemos desde los primeros pasos del partido y concluye que muchos de los conflictos internos fueron disputas por el poder "disfrazadas" de discrepancias políticas. De hecho, afirma que el partido sufrió "dobles lealtades, donde hubo integrantes que primaron los intereses de las antiguas corrientes (anticapitalistas y el errejonismo) por encima del líder o los órganos de partido.
De esta forma, recrimina a Errejón que aprovechó a finales de 2014 que Iglesias estaba en Bruselas como eurodiputado "para ganar fuerza internamente en Podemos con el objetivo último de hacerse con el control" de la organización, colocando a sus afines en el aparato de Podemos. "Un partido dentro de un partido. Así lo llamaban", señala en un pasaje del texto.
Con este contexto, Echenique indica que la asamblea ciudadana conocida como Vistalegre II, en 2016, visualizó la "batalla interna muy violenta" pero entonces "soterrada" entre los dos sectores. Sin embargo, reprocha que Errejon no la dieran de forma "honesta" y "frontal" la pelea sino que eligiera la "inverosimil estrategia oblicua" de órganos de dirección sin optar a encabezar Podemos.
Es más, Echenique interpreta que su intención última era, en caso de haberse impuesto al sector 'pablista', provocar la dimisión de Iglesias, y convocar otra asamblea donde, en esa ocasión, no tendría rival, dado que ningún dirigente puede aceptar convocar un proyecto sin poder contar con su equipo y su propia hoja de ruta.
"Una estrategia bastante cobarde, pero que podía haber funcionado", lanza luego para lamentar que la "operativa" del errejonismo condicionara durante años a su fuerza política pese a ser derrotados en Vistalegre II, hasta 2019, donde a su juicio montó en secreto y ocultándoselo a Podemos "otro partido" con Carmena, en referencia a Más Madrid.
Una maniobra que define como "puñalada" al llegar en el quinto aniversario de la formación y con Iglesias de baja paternal, que se sumó al conclave "desleal" de once secretarios autonómicos para intentar forzarle a "doblar las rodillas" y entregar Podemos a la escisión.
Es más, el dirigente morado reconoce que a principios de 2019 Podemos estuvo "al borde del abismo" dado que Iglesias y la actual ministra de Igualdad, Irene Montero, pensaban dimitir y dejar la política al no encontrar candidato a la Comunidad de Madrid, pero revierten cuando les llamó para decirles que estaba dispuesto a encabezar la lista.
"Aquel mismo día apunté en mi calendario privado: El día que salvé a España", manifiesta sobre este episodio para recalcar que se repusieron de las "traiciones internas", siendo claves en la moción de censura al PP de 2018 y conseguir luego el Gobierno de coalición con el PSOE.
Por otro lado, el portavoz de Unidas Podemos defiende la necesidad de los partidos y alerta que una parte de la izquierda se suma a tentación "golosa" de "desacreditarlos" como hace la derecha, para así "ganar espacio" y preponderar "entidades conceptualmente gaseosas" como "plataformas o candidaturas ciudadanas".
"Como explicaba recientemente un compañero en Twitter todos esos entes, al final, no dejan de ser partidos con otro nombre", ahonda para sostener que "muchas veces" esas plataformas tienen un funcionamiento interno "mucho mas opaco" o "más personalistas", que luego se constituyen en formaciones políticas, como pasó con Más Madrid que hoy es un partido "en toda regla".
A su vez, admite que si pudiera volver atrás no habría presentado frente a Iglesias en la primera asamblea ciudadana y tilda de error no haber concurrido a las elecciones municipales de 2015 con la marca de Podemos, pues dificultó la implantación territorial del partido y que es uno de sus problemas "históricos" que tratan de revertir.
Y defiende que tanto exlíder de Podemos como él siempre han apostado por la unidad y ampliar el espacio del cambio, pero esa actitud no la ve en otros partidos, con negativas de Más Madrid a una candidatura de unidad en los comicios autonómicos o la decisión de Compromís de no revalidar la coalición a la generales de 2016.