El presidente de EEUU, Barack Obama, defendió este miércoles, en su cuarta alocución sobre la economía en seis días, la necesidad de eliminar las actuales desgravaciones fiscales para los más ricos, en contra de la prórroga que exigen los legisladores republicanos y otros.
En un discurso en Cleveland (Ohio), una de las zonas más deprimidas del país, Obama buscó promover sus planes para estimular la alicaída economía y arremeter contra la oposición republicana, en modo ya de campaña electoral para los comicios legislativos de noviembre, que se prevén enormemente complicados para los demócratas.
Aunque anunció una serie de propuestas para dar beneficios fiscales a las empresas que inviertan en nuevos equipos, Obama dedicó el grueso de su discurso a criticar las propuestas económicas republicanas.
"¿Queremos volver a las mismas políticas fracasadas que dejaron nuestra economía en la cuneta o seguimos avanzando con políticas que poco a poco nos sacan de ella?", se preguntó Obama.
En concreto, se refirió a los recortes de impuestos sobre la renta que adoptó su predecesor, George W. Bush, y que expiran en diciembre.
Los legisladores republicanos, algunos demócratas y varios economistas se han declarado en favor de extender esa medida, en la creencia de que ayudará a impulsar el consumo y, con ello, el resto de la economía.
"No es responsabilidad fiscal. No es un plan serio para gobernar", consideró Obama sobre estas demandas.
La Casa Blanca rechaza perpetuar esos recortes para las rentas superiores a los 250.000 dólares anuales si se trata de parejas casadas, o 200.000 dólares para los solteros.
Pero sí planea hacer permanentes los beneficios fiscales para las rentas inferiores a esos ingresos, que según el Gobierno corresponden al 97 por ciento de los estadounidenses.
Los republicanos, apuntó Obama, "quieren que tomemos prestados 700.000 millones en los próximos diez años para hacer un recorte de impuestos de cerca de 100.000 dólares a gente que ya es millonaria".
El rechazo a extender los recortes, aseguró, "no es para castigar a los más acomodados, es porque no podemos permitirnos los 700.000 millones de dólares que costaría" mantenerlos.
El presidente estadounidense reveló también su propuesta para aportar incentivos fiscales a las empresas que inviertan en equipos y nuevas instalaciones, y que podrán desgravar en un solo año, hasta el 2011, el cien por cien de la inversión.
Hasta ahora la desgravación era progresiva, en un periodo de entre tres y veinte años.
Según los expertos de la Casa Blanca, este plan tendrá un coste en los primeros dos años para la administración de 200.000 millones de dólares.
No obstante, el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs indicó que el coste neto, tomando una base de 10 años, será mucho menor, de sólo 30.000 millones, dado que el plan acelera las desgravaciones y las concentra en un año.
El discurso en Cleveland se produce apenas dos días después de que el pasado lunes Obama anunciara un plan de inversión en infraestructuras ferroviarias y viales valorado en al menos 50.000 millones de dólares.
Otro programa, valorado en 100.000 millones de dólares, dará incentivos fiscales a las empresas que inviertan en investigación y en desarrollo (I+D).
Al comenzar el nuevo curso político, Obama ha optado por poner el énfasis en la economía de modo casi absoluto ante la evidencia de que, pese al crecimiento experimentado en los primeros meses del año, la actividad económica no termina de despegar.
Tampoco la creación de empleo arranca y el índice de paro ha subido hasta el 9,6 por ciento, una tasa muy elevada para EEUU.
El parón económico llega en un momento delicado políticamente, apenas dos meses antes de unas elecciones legislativas, el 2 de noviembre, en las que se renovará un tercio del Senado y toda la Cámara de Representantes y en las que los demócratas podrían perder la mayoría en ambas cámaras.
En el primer trimestre del año la mayor economía del mundo creció un 3,7 por ciento, impulsada por el plan de estímulo económico que puso en marcha Obama nada más llegar al poder y valorado en 814.000 millones de dólares.
Agotado el plan, en el segundo trimestre del año EEUU sólo creció un 1,6 por ciento.