Shahzad, un paquistaní de 30 años que se nacionalizó estadounidense, recibió con tono desafiante la sentencia que le impuso la jueza Miriam Goldman Cedarbaum, por la que deberá pasar el resto de su vida en prisión por haber intentado perpetrar hace cinco meses un atentado en una de las zonas más concurridas de Nueva York.
"Preparaos, la guerra con los musulmanes acaba de empezar. La derrota de Estados Unidos es inminente y ocurrirá en un futuro cercano", aseguró tras oír la sentencia el terrorista, quien en junio ya se había declarado culpable de haber colocado el pasado 1 de mayo en Times Square un automóvil listo para estallar.
El vehículo contenía tres bombonas de propano y dos de gasolina, así como relojes con pilas, cables y material pirotécnico, pero un error evitó que finalmente estallara y se produjera el que las autoridades estadounidenses tildaron de sangriento atentado en el corazón de Manhattan.
Shahzad fue capaz de huir de Times Square y esconderse de las autoridades hasta que fue detenido dos días después del intento de atentado, cuando ya se encontraba subido a un avión en el aeropuerto John F. Kennedy a punto de despegar desde Nueva York hacia Dubai.
"Usted es un hombre joven y dispondrá de mucho tiempo para reflexionar sobre todo lo que ha dicho hoy aquí y lo que ha hecho", respondió la jueza a Shahzad, quien no mostró arrepentimiento cuando se declaró culpable hace unos meses en una vista en la que aseguró que desearía declararse culpable "cien veces más" si hiciera falta.
La sentencia que se le impuso hoy es la que la Fiscalía había recomendado después de que el terrorista también reconociera que, además del fallido atentado en Times Square, planeaba cometer otros ataques en la ciudad.
Shahzad se enfrentaba a un total de diez delitos entre los que se encuentran tres por tratar de utilizar "un arma de destrucción masiva".
La fiscalía neoyorquina había presentado a la jueza federal varios documentos en los que se aseguró que Shahzad estaba "preparado para ejecutar nuevos ataques hasta que fuera capturado o abatido".
En esos documentos, que constituían la demanda de sentencia de la Fiscalía, se señala que el frustrado terrorista utilizó cámaras de vídeo accesibles vía internet "como parte de sus esfuerzos para lograr los máximos efectos letales de la bomba", ya que buscó un momento del día en que había gran cantidad de transeúntes en esa concurrida zona.
Shahzad aseguró que pretendía matar "al menos a cuarenta personas" y que, "si no hubiera sido detenido, planeaba detonar una segunda bomba en Nueva York dos semanas más tarde".
"Después de que su bomba fallara y fuera detenido, Shahzad nunca expresó ningún remordimiento ante su conducta. Durante sus entrevistas con las autoridades en los días posteriores a su arresto, habló con orgullo sobre lo que hacía y sus cómplices", aseguró la Fiscalía en sus documentos.