La aprobación del Plan General de Ordenación Urbana el próximo día 31 de este mes es un paso muy importante para que entre en vigor ese documento, pero posiblemente se esté vendiendo el Plan como una panacea a muchos de los problemas de la ciudad y se olvide de que los problemas posiblemente no estén en la falta de un instrumento como ese, sino en la ausencia de manos políticas que hagan de él un auténtico motor de iniciativas provechosas en lo que a actividad económica se refiere. El PGOU, obviamente, puede poner en valor zonas hasta ahora desprovistas de la autorización administrativa pertinente, pero habría que analizar qué es lo que se puede poner y qué es lo que se quiere poner, con el fin de tener una idea aproximada de hacia dónde camina La Isla a partir de ahora. El problema que se decía es que hay un equipo de gobierno en el que la mitad de sus miembros siempre ha apostado por lo mismo, viviendas y pan para hoy y hambre para mañana.