El blanco del ataque era “una célula de palestinos que se disponía a lanzar cohetes Al Kasam contra el sur de Israel”, precisó un portavoz militar israelí.
Este bombardeo tiene lugar un día después de que expirara la tregua de seis meses entre Israel y Hamas, alcanzada en junio con mediación egipcia y que sólo se extendía a Gaza.
El jueves, las milicias palestinas acordaron por unanimidad no renovar el alto el fuego al considerar que Israel estaba incumpliendo su parte del trato.
Durante el cese de hostilidades, las milicias palestinas se comprometieron a dejar de lanzar cohetes y proyectiles de mortero contra las localidades vecinas en Israel, que debía, por su parte, suspender sus ataques a Gaza y levantar progresivamente el bloqueo.
Durante los cuatro primeros meses, ambas partes evitaron los enfrentamientos, aunque Israel apenas suavizó el cerco a Gaza.
Pero a principios de noviembre una operación militar israelí para destruir un túnel presuntamente cavado por milicianos con el objeto de capturar soldados y que acabó con la vida de seis miembros de Hamas marcó un punto de inflexión.
Desde entonces, los grupos armados palestinos han disparado más de doscientos cohetes y proyectiles de mortero contra el Estado judío, sin causar víctimas.
Israel, por su parte, ha reanudado los ataques, que han causado la muerte de una veintena de palestinos –en su mayoría milicianos–, y cerrado la mayor parte del tiempo los pasos fronterizos.
Hoy, enterrada la tregua, los aviones sin piloto israelíes sobrevuelan el norte y el sur de la franja palestina a la busca de posibles blancos, pues Israel ha retomado esta semana los bombardeos aéreos.