De acuerdo con este medio, todo comenzó en torno a las 9.00 horas (6.00 GMT) cuando se detectó una mina en la carretera que comunica las localidades de Hakkari y Çukurca.
Entonces acudió un convoy militar para despejar la zona, momento que aprovecharon los rebeldes kurdos para hacer detonar varios explosivos caseros pero de gran potencia.
Seis soldados fallecieron en el acto y otro más tarde, cuando fue trasladado al hospital, mientras que otros tres cadáveres fueron localizados posteriormente.
En otra explosión, horas después, falleció un miembro de la Guardia Rural, un cuerpo paramilitar kurdo leal al gobierno de Ankara.
Un total de 14 soldados han resultado heridos de diversa consideración.
En la tarde del martes también se produjo una explosión junto a instalaciones militares en la localidad de Hakkari aunque no hubo víctimas.
Todos los partidos políticos y el gobierno han condenado el ataque y han prometido incrementar la lucha antiterrorista, mientras que el Partido de la Paz y la Democracia (BDP), al que algunos acusan de estar vinculado al PKK, envió sus condolencias a las víctimas.
En las últimas semanas el PKK ha incrementado sus ataques a objetivos militares y policiales turcos debido a la falta de resultados en las negociaciones entre el gobierno y el líder histórico de la organización armada, Abdullah Öcalan, encarcelado a perpetuidad en la isla-prisión de Imrali.