Este sábado por la mañana, tras unas horas de tensa calma, volvieron a producirse más choques entre manifestantes y las fuerzas de seguridad.
Cientos de manifestantes egipcios continuaban congregados este sábado frente a la embajada israelí en El Cairo tras los graves disturbios del viernes por la noche, que causaron tres muertos y que han puesto en jaque las relaciones entre Egipto e Israel.
Este sábado por la mañana, tras unas horas de tensa calma, volvieron a producirse más choques de forma esporádica entre manifestantes y las fuerzas de seguridad frente a la sede diplomática, ubicada en los últimos pisos de un edificio situado en el distrito de Giza, en la ribera oeste del Nilo.
En los aledaños, los restos de vehículos y neumáticos carbonizados reposaban junto a los tanques y camiones del Ejército y la Policía, que seguían en alerta.
Apenas una decena de militares, subidos a vehículos blindados, custodiaba la entrada al edificio, frente al cual centenares de personas seguían coreando lemas contra Israel.
Las protestas han dejado al menos tres muertos y más de un millar de heridos después de que el viernes miles de manifestantes se congregasen ante la Legación israelí y derribasen el muro que impedía el acceso al edificio.
Algunos de ellos ingresaron en el inmueble y arrojaron al vacío documentos, aunque no lograron traspasar la última puerta, detrás de la que se refugiaban seis israelíes que tuvieron que ser rescatados por un comando egipcio.
Un manifestante se encaramó a la fachada y trepó para sustituir la bandera israelí por una egipcia, ante la mirada impasible de los pocos soldados apostados a la entrada que no hicieron nada para impedir el asalto al inmueble.
Aun así, poco después, la Policía y el Ejército egipcio desplegaron refuerzos en el lugar y emplearon gases lacrimógenos y dispararon al aire para dispersar a los manifestantes.
Las fuerzas del orden y los manifestantes se enfrentaron durante toda la noche, lo que llevó a la detención de al menos 38 personas.
La respuesta diplomática de Israel no se hizo esperar: el embajador israelí en Egipto, Yitzhak Levanon, abandonó el país junto a su familia y personal diplomático. El jefe del Gobierno israelí, Benjamin Netanyahu, calificó el ataque de “incidente serio” y agradeció la “ayuda” de EEUU.
REUNIÓN DE URGENCIA
Por el lado egipcio, el presidente del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, el mariscal Husein Tantawi, y el primer ministro, Esam Sharaf, mantuvieron una reunión de urgencia en la que decidieron aplicar la Ley de Emergencia, en vigor desde 1981, de manera íntegra para evitar los disturbios.
El Movimiento opositor 6 de Abril culpó a los simpatizantes del expresidente Hosni Mubarak de los sucesos, mientras que los Hermanos Musulmanes reclamaron una justa investigación.
La que este viernes empezó como una multitudinaria protesta en la plaza Tahrir, en el centro de la capital, para agilizar el proceso de transición democrática en Egipto derivó en una demostración de rabia contra Israel.
Entre los motivos de esta reacción, destaca el último ataque de la aviación israelí que el pasado agosto mató a seis soldados en una zona fronteriza de la península del Sinaí.