El avión de instrucción militar siniestrado en Alcalá de Henares cayó en llamas por un posible fallo o explosión en el aparato, según ha informado a Europa Press la delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes.
Aunque aún se desconocen las causas concretas del siniestro, que ha terminado con la vida de dos militares, todo apunta a que se trate de un fallo en la propia nave C-101, que no llevaba armamento militar, aunque no se descarta también que pudiera influir la escasa visibilidad de la zona debido a la niebla y las nubes bajas.
La delegada del Gobierno ha dado el pésame a la familia y se desplazará esta tarde a la zona del suceso para conocer el trabajo de la Policía Científica, de la Guardia Civil y de los militares, que analizan los restos humanos y materiales encontrados en el lugar del accidente.
Según fuentes de la investigación, los restos humanos, prácticamente calcinados, se hallaban en el interior del avión y tenían los paracaídas desplegados, por lo que se deduce que el instructor, de 35 años, y su alumno, un alférez de cuarto curso de la Academia militar de San Javier (Murcia), intentaron saltar del aparato pero no les dio tiempo.
Seis dotaciones de Bomberos de la Comunidad de Madrid y el personal sanitario del Summa se desplazaron esta mañana a la zona. Los Bomberos han procedido a asegurar la zona y a apagar algunos pequeños fuegos que se han producido y los sanitarios ha confirmado la existencia de restos humanos.
La primera llamada en relación con este suceso se ha producido al Centro de Emergencias de la Comunidad de Madrid sobre las 10.45 horas de esta mañana. Inmediatamente, el 112 ha derivado el aviso a Bomberos y a SUMMA que se han personado en el lugar. El Summa ha comprobado que en la zona donde han quedado esparcidos los restos del aparato, unos 1.000 metros cuadrados, se han encontrado restos humanos. La Policía Científica se encarga de las posteriores investigaciones